No es casualidad ni es invento, entrenar nuestra mente es más que emocionante, es un gran reto. No todos podemos lograrlo, pero la satisfacción más grande es la de tomar la decisión y alcanzar el nivel de disciplina para hacerlo.
Siempre que se practica cualquier deporte, el que sea, es necesario ajustar muchos engranes en nuestra vida, ¿por qué? muy sencillo, porque pocas veces las cosas o actividades que decidimos emprender se nos darán fácil, pero la mayoría de las veces no.
En el momento que estás leyendo estas líneas van pasando por tu mente aquellos momentos en los que pensaste ir al gimnasio, o tal vez, participar en el equipo de soccer de tu escuela o colegio, también cuando decidiste pertenecer al equipo de vóley bol en tu infancia o más cercano, practicar yoga o entrenarte para correr un maratón, menos complicado tal vez, correr una carrera de 3 o 5 kilómetros por primera vez en tu vida.
Todo lo que te puedo decir es solo parte de lo que todos vivimos, por lo menos un par de veces en la vida. Todo empieza cuando nos cuestionamos si lograremos practicar el deporte o actividad que nos gusta. Claro que hacerlo bien requiere entrega en cuerpo y alma. Pero la recompensa es inmediata: nos da tal satisfacción cuando alcanzamos el primer reto: ser constantes, cuando una rutina en beneficio de nuestro cuerpo, se vuelve necesidad y, aún más, se convierte en una actividad que nos hace felices. Por ejemplo: decidirte por correr una carrera de 3 kms, cuando no llegas ni a la esquina trotando; luego cuando cumples el objetivo y llegas a la meta en una carrera de esas que se celebran cada domingo en todas las ciudades de México hoy en día, volteas hacía tus pensamientos de duda cuando creías que no ibas a llegar ni al primer kilómetro con aire y en buen estado; y después te ves llegando al quinto kilómetro en nueva carrera. Créanme, se siente una alegría indescriptible que ya nadie puede quitarte.
La mente trabaja con todo para ayudar al cuerpo en un engranaje maravilloso, en una unión que nos deja atónitos, cuando creíamos que no podíamos, vemos resultados maravillosos y esto opera en todos los deportes y las disciplinas para las que estamos capacitados o no, pero a todas podemos llegar con entrenamiento, tanto físico como mental.
Entrenar a la mente ¿para qué y por qué? Te puedo decir con seguridad que el más grande beneficio que podemos recibir de nosotros mismos es que al disciplinarnos trabajando con la mente, en el mediano y largo plazo, obtenemos resultados de excelencia para nuestro cuerpo. Pero eso se logra con una mente disciplinada y positiva.
Pero ¿cómo entrenar a la mente? No hay fórmulas mágicas, solo hay que tener un requisito fundamental: querernos a nosotros mismos. Regálate, a partir de hoy y por todos los días, el mejor presente para el resto de tu vida: unos minutos en los que solo estés contigo, en el espacio que decidas y en el que te sientas cómodo. Cierra los ojos pero no te conectes al descanso, solo relájate y respira tranquilo, siente como entra el aire por tu nariz y exhala así también tranquilamente, una y otra vez, deja ir todos los pensamientos, preocupaciones, pendientes y todo lo que te distraiga, recuerda solo son unos minutos, si no eres capaz de regalarte a ti mismo ese tiempo, te perderás de recibir ese regalo de vida que es calidad de tu tiempo y satisfacción personal que llena el alma. No importa en qué etapa de tu vida estés, nunca es tarde y menos cuando se trata de lograr beneficios en tu cuerpo y mente.
Ahora bien ¿para qué la entrenamos? La respuesta es la más fácil y sencilla: para tener calidad de vida por el resto de nuestros días. Parece muy atractiva la idea pero lo mejor es que lo es, no solo parece. Lograremos mucho a partir de hoy si decidimos por nosotros mismos que nos vamos a querer más, que nos vamos a querer mejor y todo a nuestro alrededor será por ende el espacio ideal, el espacio ad hoc para nuestros anhelos, gustos y necesidades.
Te invito que cada día inicies tu día regalándote 3 minutos para ti, solo para ti, que en esos minutos hagas una introspección y deseches todo lo que te hace daño, te hace mal y no quieres que regrese, recuerda que en ese espacio de tiempo, nada ni nadie va a interferir. Disfruta ese estar contigo regalándote lo mejor que existe en tu persona: tu tiempo, tu atención y tu presencia. Así pasará el tiempo y así te irás dando cuenta que con ese espacio que te dedicas, las cosas han empezado a cambiar para mejorar y que son en tu beneficio, eso es lo que hará que tu mente se esté entrenando para ayudarte y apoyarte en todos tus planes. Así, si puedes pasar de 3 minutos a 5 minutos diarios y entonces hacerlo por lo menos 2 veces al día, cada vez te vas a sorprender más porque estarás adquiriendo la disciplina del entrenamiento mental y todo redundará solo en positivo en ti y siempre en ti, puedes sentirte en Paz y Feliz de ser tú.