Por más que intento, mes con mes, no dedicar este espacio a Andrés Manuel López Obrador, no puedo. Es tal el nivel de información, errores, ocurrencias, ignorancia, etc., que las brutalidades del resto de los actores políticos resultan, si no menores, si menos visibles.
Por ello, trataré de hacer esta entrega un tanto diferente. Así que, sumándome a la ola de emoción que ha generado, a nivel mundial, la presentación de los capítulos finales de la serie Juego de Tronos o The Game of Thrones (GOT), he decidido comparar algunos de sus personajes con quienes forman parte de la política mexicana.
Quien la ha visto, sabe que la trama, básicamente, presenta varias familias o casas tratando de hacerse del poder total (Los Siete Reinos). Aunado a ello, existe también un grupo de seres malignos creados por los Hijos del Bosque (primeros seres en habitar esas tierras al inicio de los tiempos), para defenderse de los Primeros Hombres que los masacraban y cortaban sus árboles sagrados. Este grupo, que busca instaurar un reinado de muerte y destrucción, es lidereado por el Rey de la Noche (Night King) quien revive a los muertos para que formen parte de su ejército de Caminantes Blancos (White Walkers). Es decir, son producto de un intento de supervivencia de lo divino o puro, aunque después se multiplican con cada ser que matan y ahora destruyen a todos: tanto humanos como Hijos del Bosque[1].
Y esto me resulta especialmente divertido porque bien podríamos decir que tenemos a nuestro propio Rey de la Noche tabasqueño, producto del sistema (asumiendo esto fuera lo puro); que ha revivido un montón de muertos peligrosos, cuyo mejor ejemplo es Elba Esther Gordillo; y cuyo Gabinete, claramente, pasa por una especie de ejército de Caminantes Blancos.
Pero, ¿qué características tiene este personaje que pudieran servir para hacer un paralelismo con nuestro presidente?
NO DICE NADA
La más evidente es que no habla y aunque, en origen, pareciera que en esto no se parecen en nada, lo cierto es que AMLO habla tanto que, el mismo, mata lo que dice minuto tras minuto. Las Mañaneras se han convertido en un ejercicio de tortura para su equipo, para los medios de comunicación y, especialmente, para los ciudadanos. ¡Qué manera de hablar por horas! ¡Qué forma absurda de decir tonterías y banalizar hasta los temas más delicados! Día a día, se nos presenta un presidente parlanchín, majadero y harto mentiroso. Un día, y otro también, descalifica con repetitivos adjetivos calificativos a todo aquél que piensa diferente, y no solo eso, también desmiente cifras, estadísticas y hechos evidentes. En conclusión, nuestro Night King habla mucho pero no dice nada, al menos nada importante o digno de un Jefe del Ejecutivo.
LEVANTA MUERTOS
Esta característica es una belleza y López Obrador también la tiene. Ha sido capaz de levantar varios muertos regresándolos a la arena pública, pero el ejemplo más escandaloso y lamentable es el de Elba Esther Gordillo. La Maestra fue defenestrada, encarcelada y vilipendiada en el sexenio pasado. Sin embargo, el manto mágico de pureza del Rey de la Noche la ha regresado de ultratumba. Con una desvergüenza propia de quienes se sienten tocados por los dioses, han anunciado uno y otra, su aparición y re-empoderamiento.
El, asegurando que por primera vez llegará (sin decir nombres, pero permitiéndole todo el juego) a la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) bajo elecciones internas limpias, libres y secretas.
Ella, al sentenciar “yo sentí mi derecho, legal y legítimo, al ser exonerada, de llegar a la presidencia del Sindicato cuando haya una elección libre, con voto secreto y directo y universal”.
La SNTE y el CNTE han recuperado poder y, con AMLO y la inminente derogación de la última Reforma Educativa, vuelven a limitar el papel del Gobierno en la rectoría de la educación pública. Habrá que felicitar a López Obrador y a sus White Walkers en el Congreso por darles nuevamente el control de las plazas y la nómina docente, con todo lo que ello conlleva.
SOLO EL MANDA
En la serie, el Rey de la Noche levanta una mano y todos reviven, levanta otra y todos atacan, les manda un mensaje mental y todos se tiran al fuego. El caso es que los Caminantes Blancos no piensan, solo obedecen. ¿Les suena conocido? Nadie en Morena, en el Gabinete, en los gobiernos estatales emanados de su partido y, en ocasiones cada vez más frecuentes, hasta de otros partidos, se atreve a ir en contra de la voluntad del tlatoani. El Congreso se ha convertido en un kínder de “levanta dedos”; el Gabinete en un grupo de zombies, cada vez más demacrados y cansados, pero también cada vez más rebasados por la realidad opuesta a la que su jefe presenta o los hace presentar, a riesgo de ser maltratados, en público y en privado, si no siguen el guion presidencial, aunque éste sea falso.
LOS VIVOS SON SUS ENEMIGOS
En la serie hay una clara división entre vivos y muertos. Los muertos han de acabar con los vivos. ¿Para qué? Nunca se sabe. Pero en nuestro caso, López Obrador se alimenta de la división. Su discurso siempre ha de ser violentamente contrastante y, en ese juego perverso y peligroso de fifís/conservadores/neoliberales/corruptos contra él y sus chairos, México se resquebraja. Toda estupidez, error y ocurrencia de este gobierno es, rápidamente, minimizada con la aparición discursiva de los enemigos del proyecto de la 4T.
En GOT, en un momento dado, casi todas las familias (enemigas entre sí) se unen para dar fin al Rey de la Noche. En el Juego Mexicano el resto de los actores políticos se han mostrado incapaces de ponerse de acuerdo si quiera al interior de sus partidos, ya no digamos fuera de ellos. Cada vez más se suman al Rey de la Noche en ese enfermizo deseo de mantenerse en el poder, algunos otros tienen un pie en su partido y otro en Morena (nunca pierden) y, los pocos que desean mantenerse como voces independientes u opositoras, son castigados presupuestariamente.
Este es el escenario de “La larga noche” en que pareciera se convertirá el sexenio de la Cuarta Transformación.
[1] He de aclarar que esta información ha sido sacada de la serie televisiva de HBO y no de la saga literaria “A Game of Thones” de George R. R. Martin ya que, aunque la primera está basada en la segunda, tienen nombres, datos y elementos diferentes.