Ha llegado el momento de hacer un recuento de lo realizado en el año, ver qué objetivos se lograron, qué deseos se cumplieron y pensar sobre lo que se quiere alcanzar en el esperado 20-20. En lo personal, estimado lector, ojalá haya alcanzado la mayoría de sus metas, porque de manera colectiva para los mexicanos, el primer año del gobierno de la cuarta transformación “4T”, y a pesar de que nuestro presidente tiene otros datos, no resultó conforme lo esperado, y prueba de ello es que este 1° de diciembre, López Obrador (AMLO) acaba de solicitar al pueblo de México un año más para consolidar las muchas promesas de su campaña presidencial. Se tienen problemas, y han crecido con respecto al año pasado y esto es lo más grave. Seguridad, corrupción, educación formal, salud, economía, aspectos ambientales, en todos peor y no obstante y, de acuerdo, a las últimas encuestas, más del 60% de la población sigue apoyando a AMLO.
López Obrador prometió mucho, como en todo, sobre el cuidado del medio ambiente pero no ha hecho nada. Los daños siguen creciendo y aunque, afortunadamente este año, la naturaleza se portó bien y no ocasionó grandes destrozos por huracanes, sismos, ciclones y demás, el cobro de la factura por el mal trato que le damos no tardará en hacerse evidente.
¿Cuáles serían los deseos de mejora para la conservación de nuestros recursos naturales y ambientales? Creo que la lista sería muy larga y me llevaría todo el ejemplar de la revista y, aun así, no terminaría. Y a ello habría que sumar la voluntad o no de nuestras autoridades para cumplirlos. Sin embargo, me veré positivo y haré uno que es efectivo y económico a la larga, y sobre todo, con grandes beneficios medibles: la entrada de México al mundo de la inteligencia artificial para la mitigación del daño ambiental.
Esta etapa de creación de robots sumamente sofisticados con inteligencia propia es conocida como la Cuarta Revolución Industrial (4R). Klaus Schwab, autor del libro “La cuarta revolución industrial”, la define como la transición hacia nuevos sistemas que están siendo construidos sobre la infraestructura de la revolución anterior, la digital. Se caracteriza por una gama de nuevas tecnologías que fusionan el mundo físico, el digital y el biológico. El poder de estas máquinas proviene de la ingeniería genética y las neuro y nanotecnologías.
El mismo Schwab señala que, la cuarta revolución tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales y mejorar la calidad de vida de poblaciones enteras. Sin embargo, otro sector de la economía alerta que, ésta, no hará sino aumentar la desigualdad en el reparto del ingreso y traerá consigo toda clase de dilemas de seguridad geopolítica. Lo que es un hecho es que estas nuevas tecnologías ya están ayudando a resolver problemas ecológicos, como la de limpiar un lago contaminado en pocos días o de reducir las emisiones de un motor gracias al control de un computador. Se vislumbra que serán una herramienta valiosa de la humanidad para luchar contra problemas como la contaminación o el cambio climático de manera mucho más simple y a una escala mayor.
El informe de 2018: “Aprovechamiento de la inteligencia artificial para La Tierra”, elaborado por la Iniciativa del Sistema del Foro Económico Mundial sobre la Formación del Futuro del Medio Ambiente y la Seguridad de los Recursos Naturales, en asociación con PwC y el Instituto para el Medio Ambiente Stanford Woods, indica que son seis los desafíos ambientales más apremiantes que tiene nuestro planeta hoy en día: cambio climático, biodiversidad y conservación, seguridad del agua, océanos saludables, aire limpio y resiliencia al clima y a los desastres naturales. Retos ante los cuales la Inteligencia Artificial (IA), que da la capacidad a las máquinas y equipos de tomar decisiones simulando procesos humanos, podrá aplicarse para las diferentes acciones de mitigación. Actualmente es utilizada de manera eficiente para el suministro de agua, la producción de alimentos o los edificios inteligentes, así como para la predicción de incendios forestales mediante la colocación de sensores en los árboles de los bosques, por mencionar algunos ejemplos. Desde luego, el uso de la IA será muy fuerte, no solo en el medio ambiente, sino en otros sectores como la banca, la salud, la medicina y los servicios.
Por lo tanto, mi deseo para este 2020 es que nuestras autoridades de la 4T, a falta de inteligencia humana, se decanten por la artificial; se invierta en estas nuevas tecnologías a fin de tomar medidas y acciones más razonables y adecuadas para el cuidado del medio ambiente, claro, tal vez sería deseable su uso en otros sectores gubernamentales como apoyo para el logro de otros objetivos. No es un secreto que muchos de los proyectos gubernamentales tienen un gran potencial de daño ambiental. Hasta la próxima.