“Cuántas preocupaciones desaparecen cuando se decide ser ‘alguien’ en vez de ‘algo’”
Coco Chanel
Luego del desastroso arranque del 2020 para el presidente, en donde se le han acumulado los problemas y esfumado las soluciones, se le nota cansancio extremo y emociones a flor de piel, lo que lo lleva a caer en un sueño profundo lleno de alucinaciones.
Mientras el sueño avanza, se encuentra rodeado por una manifestación de mujeres que lo increpan como si estuviera en Macuspana. Todas y cada una lo miran y le cuestionan su responsabilidad ante la alarmante ola de feminicidios que invade derecha y les explica que hay temas más importantes como el destino del avión presidencial. Trata de huir hasta que, definitivamente, no puede avanzar más en esa conglomeración y no le queda de otra más que enfrentarlas.
Señor, soy Simone de Beauvoir se ha dado cuenta que “el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres” lo que hace difícil coordinar los roles y usted no quiere asumir esta responsabilidad. “La verdad es una y el error, múltiple”, hay que entender que “la naturaleza del hombre es malvada, su bondad es cultura adquirida”.
-No, no, no, y no, ustedes obedecen a grupos neoliberales que intentan desestabilizar al país, sus marchas son fifís y tenemos otros datos distintos de las cifras que se manejan en los feminicidios.
A ver presidente novato y agitador de oficio, sus tonterías háblelas en sus mítines a modo, aquí nos va a escuchar. Soy Margaret Tatcher, “puede ser el gallo el que canta, pero es la gallina la que pone los huevos”, así que debería de darle poquita pena ningunear a las mujeres. Aprenda algo que puede servirle a su gobierno: “si quieres que algo sea dicho, pídeselo a un hombre; si quieres que algo sea hecho, pídeselo a una mujer”.
-No voy a caer en provocaciones…
No rehúya, a mi “me encanta la discusión, me encanta el debate. No espero que nadie se siente allí y esté de acuerdo conmigo, ese no es su trabajo”, pero no sé porque Usted le teme tanto a ser confrontado, deme buenos argumentos, hable, exprésese aunque le sea difícil hacerlo fuera de su show mañanero rodeado de aplaudidores. Aquí es el hoy y el ahora.
-Mire Señora Tatcher, mientras el pueblo me quiera yo voy a seguir con mi movimiento. Y mientras eso sea, yo soy la autoridad y “a la autoridad se le respeta”.
Qué gracioso es usted: “El poder es como ser una dama… si tienes que decirle a la gente qué eres, no lo eres”.
Don Andrés, soy Gabriela Mistral, un consejo que puedo darle es que “No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices”. Su problema es ese, que no piensa lo que dice, por ello ha ido perdiendo el respeto y apoyo popular, tanto a su persona como al cargo que ostenta.
-Mucho gusto Gabriela, eso dicen los conservadores, los neoliberales. El pueblo sabio me respalda porque sabe que estamos acabando con la corrupción y el país está avanzando y creciendo.
Señor, soy Juana de Asbaje, todos me conocen como Sor Juana Inés de la Cruz, escuché que usted pedía se respetara a los delincuentes, me pregunto si usted a los feminicidas les dice lo que yo en algún momento señalé: “triunfante quiero ver al que me mata; y mato a quien me quiere ver triunfante”.
-Los delincuentes son pueblo, es el neoliberalismo el que corrompe al pueblo. Si no les gusta mi gobierno, las respeto, pero mis datos son otros.
Se escucha desde atrás el grito de Cleopatra: “yo soy su esclava, usted es nuestro huésped”, respetémonos.
Al mismo tiempo le grita la Reina Boudica, “nada está a salvo de la arrogancia y el orgullo…” su arrogancia es su principal problema y, sí señor, “ganaremos esta batalla o moriremos. Eso es lo que yo, que soy mujer, me propongo hacer.
Que los hombres vivan esclavos si lo desean”.
–Yo solo quiero que gobierne el amor, que nos reconciliemos.
Presidente, soy Frida Kalho y usted está como yo que “quise ahogar mis penas en licor, pero las condenadas aprendieron a nadar”, quiere darles cariño a quienes no se quieren ni ellos (los delincuentes). Así no se puede. Su manual de buenas intenciones no llevará a nada, nadie prospera en la impunidad más que los delincuentes.
-Yo no voy a actuar como los de antes. Abrazos, no balazos.
Ay, señor, mire soy Rosa de Luxemburgo, vamos a suponer sin conceder, “quienes no se mueven no notan sus cadenas”, déjese de cosas y actúe.
-¿Por qué se me arremolinan todas?
Efectivamente, ahí están Eleanor Roosevelt, Marilyn Monroe, Leona Vicario, Juana de Arco, Agripina, Mesalina, y un sin número de mujeres que le gritan al unísono: ¡¡La mujer que tiene su propia voz es una mujer segura!! ¡¡Una mujer segura de sí misma se viste de fuerza y dignidad!!
Antes de que le provoquemos un malestar mayor debemos decirle lo siguiente (S. Beauvoir), “el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente”. Entiendo que, “el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”. Comience a gobernar, porque de lo contrario no pararemos hasta ver rodar su cabeza.
Comienzan a esfumarse una a una estas famosas mujeres, y el presidente despierta sobresaltado de tan terrible pesadilla en donde no tenía a sus seguidores, a sus adoradores. Ese es el peor escenario, no le gusta ser cuestionado, no le gusta le digan que está mal, que su gobierno va mal. Pero ayer y hoy, la pesadilla se ha hecho realidad, millones de mujeres mexicanas lo están cuestionando, con marchas y en silencio le están diciendo que su gobierno no va bien, que sus vidas corren peligro y que el Estado, de quien es cabeza, no responde ni se interesa.