Hoy vi de cerca a la muerte
vino blandiendo su espada,
enseñando su sonrisa de terribles dentelladas;
muerte que ni se va ni se queda, pero que ronda la sala.
La vi en la cara de sus hijos,
peligrosamente ávida
y en la cara de la gente con la perdida mirada
de quien contra ella lucha y que no pierde nada esperanza.
Madre que no das leche
y que obscena te desgranas
nos persigues por la vida con tu bruñida guadaña.
Vi la muerte tan de cerca que, admito…quise tocarla.