En los últimos años muchas dietas han eliminado los alimentos que contienen gluten, argumentando que es bueno para nuestra salud, que eliminarlo nos hace sentirnos más ligeros y que, con ello, se evitan problemas digestivos. Sin embargo, esto no es del todo cierto pues no todos los cuerpos reaccionan de la misma forma al consumir o no este tipo de alimentos.
El gluten es la combinación de proteínas que se encuentran en el trigo, centeno y cebada, cuando se mezclan dan textura a algunos alimentos como el pan y algunas pastas. Hay personas cuyo sistema no lo tolera y se les llama celíacos. Esta intolerancia es considerada una enfermedad[1] que, en ocasiones, daña el intestino delgado y sus síntomas son: dolor abdominal, problemas de piel, náuseas, diarrea, inflamación.
Existen alimentos que no contienen gluten como el amaranto, el maíz, la quinoa, el arroz y el trigo sarraceno. Pero OJO, hay alimentos que, aunque digan que son libres de trigo si pueden contener gluten si tienen otros granos como centeno o cebada.
Algunos grupos de alimentos que contienen gluten como los cereales, son ricos en fibra y ayudan a combatir el estreñimiento y equilibrar los niveles de azúcar en la sangre, por lo tanto, no es tan malo consumirlo si no eres celíaco.
Es importante señalar que una dieta libre de gluten no hará que bajes de peso o que te mantenga en forma, un producto libre de gluten no necesariamente contiene pocas calorías ya que se les agregan grasas o azúcares para compensar los cambios de textura o sabor. Las personas celíacas son las únicas que deberían seguir una dieta 100% libre de gluten.
Recuerda que el gluten ha sido parte de la alimentación de la humanidad desde hace 10,000 años. Es un mito que hace daño y que debes eliminarlo de tu dieta por ti mismo. Nuestra sugerencia es que previo a ello, lo consultes con tu médico.
[1]Es un desorden autoinmune intestinal crónico con un fuerte componente genético, cuya sintomatología resulta de la ingestión de la proteína más importante del trigo, cebada y centeno, denominada gluten. Esta proteína induce un proceso inflamatorio crónico en el intestino delgado, que conduce al aplanamiento progresivo de las vellosidades intestinales, hiperplasia de las criptas e infiltración del epitelio por linfocitos, que eventualmente pueden experimentar una transformación maligna. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-98872010001100018