Desde la creación de la World Wide Web en 1990, académicos, investigadores, gobiernos, empresas y sociedad civil de todo el mundo han colaborado transformando la comunicación y ampliando exponencialmente nuestros mecanismos de información. Sin embargo, ese desarrollo está amenazado por una catástrofe similar a la que extinguió a los dinosaurios. Hace 65 millones de años, un enorme meteorito de 12 km. de ancho acabó con la vida como se conocía en el planeta.
Desde 1998, los Miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) acordaron exentar de derechos aduanales a las transmisiones electrónicas. Si bien, el término “transmisiones electrónicas” no está específicamente definido, comúnmente se considera que abarca desde software, correos electrónicos y mensajes de texto hasta música digital, películas y videojuegos. Esta Moratoria no es permanente, cada dos años los gobiernos miembros, acuerdan extenderla durante la Conferencia Ministerial de la OMC.
Debido a una aberración en la programación de la Conferencia, esta moratoria expirará el 31 de diciembre de 2019, a menos que se decida lo contrario en una reunión del Consejo General en diciembre para extenderla hasta la 12° Conferencia Ministerial Nur-Sultan, Kazajstán en junio de 2020.
Existe un riesgo significativo de que la Moratoria no se renueve este diciembre, dejando a los gobiernos en libertad de experimentar con la aplicación de tarifas a flujos de datos transfronterizos.
Esta Moratoria ha hecho posible un crecimiento significativo en el uso de Internet, permitiendo el florecimiento de la economía digital. Sin los aranceles tradicionales, el potencial creativo de la humanidad se ha desarrollado exponencialmente, dando lugar a productos y servicios innovadores que benefician a la sociedad y han aumentado la productividad en todas las facetas de la economía global.
Recientemente, un pequeño número de países, India, Indonesia y Sudáfrica, han manifestado su deseo de poner fin a la moratoria y comenzar a imponer aranceles unilateralmente a los flujos de datos transfronterizos.
Si bien, estos países han identificado un problema legítimo: la digitalización de bienes previamente físicos como CD-ROMs, DVDs y libros impresos, que han provocado pérdidas en los ingresos de aduanas, la solución propuesta es equivocada. Hasta ahora, ningún país ha podido explicar cómo sería, incluso posible, cobrar derechos de aduana sobre flujos de datos sin causar una interrupción significativa en el mundo digital.
Estudios recientes han demostrado que la imposición unilateral de derechos de aduana en transmisiones electrónicas tendría efectos distorsionadores en el crecimiento de la economía digital, su implementación tendría costos tan altos que la volvería inoperante, pero sobre todo y hasta ahora, tecnológicamente inviable. Además, con esta medida se incumplirían Acuerdos de Libre Comercio existentes, bajo el principio de nación más favorecida.
De acuerdo a un estudio realizado por el ECIPE (European Centre for International Political Economy) que examina el impacto que tendría terminar con la Moratoria en India, Indonesia, Sudáfrica y China (y en general en los países en desarrollo), concluye que imponer tales aranceles sería fiscalmente contraproducente. Los países sufrirían consecuencias económicas negativas en forma de precios más altos y consumo reducido, lo que a su vez ralentizaría el crecimiento del PIB y reduciría los ingresos fiscales. La investigación indica que el ingreso arancelario sería, en última instancia, mínimo en relación con la magnitud del daño económico que resultaría al imponer aranceles de importación a las transmisiones electrónicas. Por ejemplo, India perdería 49 veces más en el PIB de lo que generaría en ingresos por impuestos aduanales. Las cifras son aún más graves para Indonesia que cedería 160 veces más PIB de lo que recaudaría; Sudáfrica perdería más de 25 veces, y China, siete. El problema, de acuerdo al estudio, va más allá. India, uno de los principales promotores de la suspensión, perdería más de 433,000 empleos y, en conjunto, los países en desarrollo alrededor de 1,800,000.
Si la Moratoria expirara y algunos países comenzaran a imponer aranceles a las transmisiones electrónicas, sería ingenuo suponer que un grupo más amplio de países no haría lo mismo. Además, estas tarifas podrían afectar cualquier producto o servicio que se ajuste al termino de “transmisiones electrónicas”. Esta imposición reciproca de aranceles resultaría en la pérdida de más de 3.2 millones de empleos en las economías en desarrollo.
En total, la Moratoria previene una pérdida económica combinada de 10,6 mil millones de dólares del PIB anualmente para los países en desarrollo y un costo desproporcionadamente alto para los consumidores y las empresas, principalmente para las PyMEs.
Un gran desafío fiscal para muchos países en desarrollo continúa siendo la economía informal. La proliferación de Internet y el comercio electrónico no socava los ingresos del gobierno, sino que en realidad expande la base impositiva al transformar la economía “gris” en un sector formal que paga impuestos.
El cobro de derechos sobre transmisiones electrónicas será costoso y técnicamente complejo. Actualmente no existen infraestructuras ni procesos aduaneros para cobrar aranceles fuera de los productos tradicionales, o incluso atribuir correctamente (y legalmente) valor comercial a las transmisiones electrónicas. Los aranceles sobre éstas impondrían una carga administrativa indebida no solo a los productores y consumidores, sino también a las autoridades fiscales y los transportistas.
Otro problema sería la aplicación de estos aranceles a transacciones nacionales, ya que el tráfico del Protocolo de Internet (IP) a menudo se enruta a través de territorios extranjeros simplemente porque representan las vías más rápidas o más baratas, incluso cuando el remitente y el destinatario se encuentran en el mismo país.
Hasta ahora, el mundo ha visto un crecimiento sin precedentes en el comercio digital, con la Moratoria que impide la creación de barreras comerciales y gravosos aranceles o aranceles aduaneros. Como resultado, los consumidores han obtenido acceso sin precedentes a nuevos productos y servicios, y las empresas de todo el mundo, en particular las micro, pequeñas y medianas empresas, han obtenido acceso a nuevos mercados.
La posible expiración de la Moratoria sobre los derechos de aduana en las transmisiones electrónicas se presenta como un gigantesco meteorito para el comercio internacional. Las previsibles interrupciones causadas por la imposición de aranceles a los datos podrían superar con creces cualquier impacto que hayamos visto en las recientes escaladas proteccionistas. Es vital que los gobiernos aborden este tema con la urgencia y atención que requiere y que no lo conviertan en un tema de política electoral, ya que las consecuencias serían desastrosas, tal y como lo fueron para los dinosaurios hace 65 millones de años.