El Fiscal Especial Robert Mueller al testificar, el pasado 24 de julio, ante dos Comités de la Cámara de Representantes de Estados Unidos: el Comité Judicial y el de Inteligencia, confirmó lo que aparece en su reporte, resultado de dos años de investigación. El Reporte Mueller detalla los esfuerzos del presidente Donald Trump para influir en la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y sobre su participación como candidato en dicha intervención.
Mueller confirmó lo que está escrito en su reporte: Trump, pese a sus múltiples declaraciones contrarias, no ha sido exonerado por su involucramiento en la trama rusa; Rusia interfirió en las elecciones y continúa haciéndolo; la campaña de Trump vio con beneplácito la colaboración rusa; y, varios miembros de la campaña mintieron para ocultar su participación.
En diez instancias en el Reporte Mueller se establece que el presidente cometió acciones para obstruir la justicia. Personas cercanas a Trump y a su campaña han sido declaradas culpables de diversos delitos y están cumpliendo sentencia o esperando les sea dictada: Paul Manafort, Micheal Cohen, Rick Gates, George Papadopulous, Richard Pinedo, Alex van der Zwaan, Konstantin Kilimnik, Roger Stone, Bijan Kian y Michael Flynn, además de 14 ciudadanos, 3 empresas y 12 oficiales rusos. En total, el resultado de la investigación arroja 199 cargos criminales.
El Reporte Mueller narra, claramente, cómo una potencia extranjera buscó intervenir en las elecciones de Estados Unidos del 2016 para favorecer a Donald Trump y perjudicar a Hilary Clinton; especifica también como Trump, al enterarse de dicha intervención, no solamente la aceptó sino que incorporó la intervención rusa a su estrategia de campaña para aprovecharla al máximo; asegura que ni Trump ni los miembros de su campaña informaron a las autoridades estadounidenses sobre el ofrecimiento de información nociva contra su oponente, y tampoco la rechazaron, sino que, por el contrario, la aceptaron exhortando a los rusos a seguir adelante, usufructuando el resultado de dicha intervención. El reporte también establece las mentiras del presidente Trump para cubrir sus negociaciones en la Trump Tower en Moscú; las mentiras para cubrir las reuniones secretas con el Kremlin y para cubrir las verdaderas razones detrás del despido del Director del FBI, James Comey, así como los intentos para deshacerse del propio Mueller, mentiras sobre wikileaks, acerca de los sobornos para silenciar a las mujeres con las que el candidato había tenido relaciones; y mentiras sobre las reuniones secretas en las Islas Sychell y en la Torre de Trump en NY para establecer canales de comunicación alternativos con los rusos.
Si bien Mueller no encontró evidencia, más allá de toda duda razonable, sobre el delito de conspiración, tras leer el reporte y escuchar su testimonio, es evidente que Trump participo sin saberlo, pero gustoso, como peón en el juego de Rusia. Putin no solo buscó desestabilizar al gobierno y a la sociedad norteamericana, siguiendo dos de los principios básicos del general chino del S VI a.c, Sun Tzu plasmado en el Arte de la Guerra: “Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas” y “derrotar al enemigo sin tener que pelear, es el verdadero arte de la guerra”. También había motivos económicos urgentes detrás de esta estrategia: Putin buscaba atenuar las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos tras la invasión de Ucrania y por sus múltiples violaciones a los Derechos Humanos. La reunión secreta en la Trump Tower no fue acerca de adopciones de niños rusos por norteamericanos, fue para negociar las sanciones económicas, de igual manera las conversaciones secretas entre Michael Flynn y el Embajador Ruso, Sergey Kislyak, giraron sobre ese tema. Las numerosas llamadas y mensajes de texto intercambiados entre ambos el 29 de diciembre de 2016 forman parte del caso contra Flynn en proceso.
Mueller también confirmó que aún existen varias investigaciones en proceso relacionadas con personas allegadas a Trump, entre ellas contra su hijo Donald Trump Jr. En el apéndice D del reporte se describen 14 casos criminales resultantes de las investigaciones y que ya están siendo investigados por el FBI.
Las acciones de Putin encaminadas a degradar por completo el sistema democrático de los Estados Unidos son aún más dañinas al llevar el sello del Kremlin, tal como ha quedado demostrado en la lucha fratricida entre ambos partidos a propósito del tema. Putin simplemente avivó un fuego ya existente logrando evitar un consenso bipartidista que detenga, disuada y contrarreste la agresión rusa.
Putin ha encontrado la mejor manera de destruir a un enemigo: destrozar desde la cabeza la credibilidad del Estado, inoculándole una corrupción brutal. Haciendo eco a la estrategia de Roy Cohn, mentor de Trump: exhumar lo peor de sus enemigos para así derrotarlos. Engañar a los votantes norteamericanos, manipularlos aprovechando sus prejuicios, debilidades e ignorancia parecería ser una forma muy eficiente y de bajo costo para ganar sin disparar un solo tiro.