Las diferentes concepciones que hay sobre medio ambiente o ambiente a secas, coinciden en que no solo es el espacio natural donde habitan, conviven y desarrollan sus actividades los seres vivos, incluyendo a los seres humanos, sino que deben de estar incluidos, todos los espacios transformados por el hombre, como son las ciudades. De esta manera se forman sistemas con componentes naturales y artificiales interrelacionados, que constituyen el entorno de vida de la sociedad humana, incluyendo los valores naturales, sociales y culturales que existan en un lugar y en un momento preciso, ya que estos son dinámicos a través del tiempo. Teniendo en la mente este concepto y, presentándose la oportunidad de visitar recientemente, la población de Tequisquiapan en el estado de Querétaro; las ciudades de Aguascalientes, Ags., Zacatecas, Zac. y Cancún, Q. Roo, pude constatar, como se han ido perdiendo esos y otros valores ambientales, sin que nadie se preocupe por conservarlos o rescatarlos; los cuales pudieran ser de más trascendencia e importancia para el ser humano y su ambiente, que el preocuparse por los popotes, bolsas de plástico o platos desechables, cuyo impacto, desde luego negativo, pudiera resultar menos perjudicial, que atentar contra la cultura, economía, naturaleza y comunidades de esos sitios.
En el caso de Tequisquiapan, una de las artesanías típicas ha sido, a lo largo de muchos años, la elaboración a base de mimbre, de artículos como charolas, cestos, canastas entre otros. Fue triste observar que esta actividad está a punto de desaparecer- esto reafirmado por comentarios de los propios artesanos-. Resulta que el precio del kilo de este material se elevó a últimas fechas, en más de diez veces con respecto a su costo normal, provocando que los precios de venta tengan que aumentar considerablemente, provocando que el turista ya no lo compre tan fácilmente y en las cantidades acostumbradas. Esto ha ocasionado que la producción de este tipo de artesanía disminuya, teniendo el artesano que buscar la elaboración y venta de otro tipo de artesanía, como los textiles y cerámica o, dedicarse a otra actividad, ya que la fuente principal de ingreso para el sustento de las familias, se redujo drásticamente. Esto se debe a que el mimbre está siendo ocupado por otra industria, lo que hace se encarezca la materia prima. Adicionalmente, el lugar es conocido por sus manantiales de agua caliente para fines terapéuticos, sin embargo, el servicio empieza a disminuir, ya que el vital líquido está siendo desviado para una industria papelera que se estableció cerca de la ciudad y, por otro lado, el aumento en el consumo de agua para satisfacer las necesidades de una creciente población, esta provocado una explotación desmedida de los mantos acuíferos, reduciendo el abasto para fines recreacionales y curativos. Estos aspectos, cultural y natural, están provocando problemas económicos y sociales a los habitantes de Tequisquiapan, que no cuentan con el apoyo de una autoridad competente, que encuentre alternativas de solución para evitar la extinción de importantes recursos para la vida humana.
En el caso de Aguascalientes, que se distingue, entre otras cosas, por la elaboración de textiles como los bordados y deshilados a mano, también está en vías de desaparecer, dicho por los propios confeccionistas, debido a la introducción de prendas chinas hechas a máquina, de algodón egipcio y telas poliéster, a un precio mucho menor. De esto se puede dar cuenta uno, al recorrer las tiendas que venden prendas artesanales hidrocálidas y que cada vez son menos; competencia desleal, que ha sido permitida por las autoridades, sin ninguna protección o apoyo a esta valiosa artesanía para que no desaparezca. En Zacatecas, la elaboración de artículos de plata también tiende a desaparecer, producto del encarecimiento de este metal, que se cotiza internacionalmente, pero que no recibe el apoyo gubernamental para evitar que esta artesanía deje de existir y con ello, al igual que con los textiles de Aguascalientes, provoque problemas económicos y sociales en las personas y sus familias dedicadas a la elaboración y venta de estas artesanías tan valiosas.
Finalmente, y otro ejemplo de la destrucción irracional del ambiente natural, se da en Isla Mujeres, porción de tierra situada enfrente de Cancún, Q. Roo. Donde se puede observar al recorrer la isla, la transformación del entorno natural que está siendo realizada por el hombre, sobre todo a la orilla de toda playa de la isla; me refiero a la construcción de un sinfín de casas y hoteles, la mayoría de propiedad extranjera, que están acabando con el paisaje y elevando considerablemente, la contaminación de todo tipo, al no tener un manejo adecuado a las características del sitio. Aunado a esto, este fenómeno urbano, ha encarecido la tierra, con las implicaciones negativas para los habitantes nativos. Desde luego, estas construcciones cuentan con el permiso de las autoridades, sin embargo, a simple vista, se puede observar que no existió ningún estudio de impacto ambiental que permitiría analizar y valorar su impacto al medio ambiente. Pudo constatarse, que prácticamente toda la tierra es ya, propiedad privada, y en su mayoría comprada por extranjeros o gente nacional influyente. Las construcciones rápidamente han sido habitadas y apenas empieza a edificarse una planta de tratamiento para esa nueva zona mientras todas la aguas negras se canalizan al mar. Ahora la pregunta, al igual que en los casos anteriores ¿Dónde está la autoridad para que analice, valore y tome las decisiones más convenientes para los habitantes y su entorno natural, con el fin de no dañar su bienestar y patrimonio natural?
A manera de conclusión y aprendizaje, puede reflexionarse con estos ejemplos, que cada vez más, resulta necesario una valoración del medio ambiente, en sus tres dimensiones, natural, social y económica, antes de cualquier cambio o transformación del entorno o si uso, con objeto de tomar las medidas más adecuadas a las circunstancias y características de los habitantes y el lugar, para así no perder importantes elementos de la cultura de los pueblos. Por otro lado, es necesario demandar a las autoridades una actuación racional y acorde a los problemas y pérdidas de la identidad nacional, como son las artesanías y actividades recreativas, para la toma de decisiones más convenientes respecto a la conservación de costumbres y tradiciones. Estimado lector, seguro está de acuerdo que las artesanías y costumbres de las diferentes regiones del país, constituyen elementos importantes de la vida nacional, que requieren para su conservación, entre otras cosas, de la transmisión a las nuevas generaciones, del valor que poseen desde un punto de ambiental, social y económico. Tarea que toca al gobierno en turno realizar, pero que también es una responsabilidad de los adultos poder difundir dichos valores a la juventud y niñez de este país. De lo contrario, seguirá la transformación irracional del ambiente. Hasta la próxima.