Beber un vaso con agua de jamaica bien fría o, en su caso, una tasa de té caliente, dependiendo el clima y los gustos, más allá de hidratarnos nos beneficia con sus propiedades medicinales y terapéuticas. Esta comprobado que la jamaica ayuda a tener una buena digestión por su alto contenido en fibra, a desechar toxinas del organismo a través de la orina logrando una “limpieza” del hígado y los riñones, a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre, a combatir el odioso insomnio, a controlar la presión arterial, a prevenir enfermedades cardiovasculares y a luchar contra los radicales libres evitando el envejecimiento prematuro.
La Hibiscus sabdariffa como se conoce el mundo científico, por cierto, originaria de tierras africanas, ha sido objeto de estudio en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Ahí, el Dr. Javier Castro Rosas, profesor adscrito al Área Académica de Química del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), descubrió sus propiedades desinfectantes, incluso, resulta más efectiva que productos comerciales, como el cloro.
Un ejemplo claro se da en la desinfección de verduras como la lechuga, la cual alberga miles de bacterias, sobre todo, de tifoidea y que al usar esta mezcolanza natural elimina de 800 a 900 bacterias, mientras que con desinfectantes comerciales sólo se logra eliminar de 100 a 200 y con cloro entre 400 y 500.
En entrevista a través de facebooklive para SBN, el Dr. Castro Rosas explicó que el poder anti-microbiano de la flor de jamaica actúa contra bacterias y virus dañando la membrana que los cubre y que, justo, los hace resistentes a antibióticos y sustancias químicas “desactivando su poder de acción”. Castro Rosas mencionó que la efectividad de la fórmula de estos productos radica en la concentración y la cantidad de sus componentes.
Los resultados de esta investigación, a 16 años de distancia, son 7 patentes en México y 2 más que en están por otorgárselas en Estados Unidos para comenzar la fabricación de productos que podrán utilizarse como desinfectantes de manos, frutas, verduras y pisos.
En cuanto a la presentación, el doctor en Ciencias de los Alimentos dijo que “primordialmente será una especie de spray y posteriormente pensamos en hacerlos en gotas y para las empresas o negocios que tengan alta demanda, como centros comerciales, en galón”. Señaló que se trabajará en las presentaciones que se requieran dependiendo las necesidades que los propios consumidores, por ejemplo: en gel, en barra de jabón e incluso están por elaborar una crema con propiedades anti-bacterianas y cicatrizantes.
El científico hidalguense subrayó que estos productos desinfectantes, orgullosamente mexicanos, al ser elaborados a base de elementos naturales como la jamaica, el vinagre y el ácido crítico del limón, no conllevan ningún riesgo para los usuarios o el medio ambiente, aun cuando su uso sea prolongado.
Pero el esfuerzo del Dr. Javier Rosas Castro por aprovechar al máximo las bondades de esta colorida flor no queda ahí. En meses recientes, mucho antes de que llegará la pandemia de COVI-19 a nuestro país y como una forma de prepararse para lo que estaba por venir, trabajó en conjunto con otros investigadores de la UAEH en la elaboración de dos prototipos: una mascarilla facial que busca proteger al personal médico y un cubrebocas para la población en general, cuya composición está basada en zeolita y Jamaica: “La novedad en la mascarilla es que le estamos incorporando un material, un filtrante, a base de un mineral que es la zeolita, muy utilizado para filtrar agua y está en las tuberías, pero además le estamos colocando la flor de jamaica, que ya sabemos es antibacterial”.
El reto, subrayó el maestro universitario, no sólo era crear una alternativa de protección para nuestro ejército blanco y demás personal que por su actividades pudieran estar en riesgo de contagio, sino utilizar materiales que estuvieran a la mano en el país y, además tuvieran la capacidad de retener el paso de bacterias y virus, como el COVID-19 (que sólo como dato mide 100 nanómetros) pero, sobre todo, de las partículas de saliva que le sirven como vehículo.
Cabe mencionar que la zeolita puede retener el 96% de las partículas y la jamaica que ofrece un 99.9% de eficacia antimicrobiana se convierte en la combinación perfecta para combatir al nuevo coronavirus a través de esta mascarilla facial.
Después de trabajar en diversos prototipos e imprimirse en 3D, se buscó un modelo que fuera cómodo para el personal sanitario y se obtuvo uno elaborado con materiales flexibles como el Poliuretano Termoplástico (TPU) y el Ácido Poliláctico (PLA) que es biodegradable, cómodo, podrá ser desinfectado con alcohol o con agua y jabón y tendrá una larga vida útil.
Esta mascarilla facial consta de una rosca donde se coloca un filtro cilíndrico intercambiable compuesto por dos capas de papel filtrante y una capa intermedia con zeolita y jamaica.
A pesar de que se puede usar por varias horas se tiene la dificultad para que haya una comunicación legible, por lo que se está trabajando en la incorporación de un micrófono.
En el caso del cubreboca para cualquier mortal, el Dr. Castro Rosas y su equipo de investigación lograron uno elaborado con una papel de celulosa y otros aditivos, de tres capas, dos de ellas de pellón y una de material filtrante, cuya eficacia es del 93 por ciento, protección superior a los modelos de tela que podemos adquirir en el mercado sea en línea, sobre ruedas o en establecimientos comerciales.
El costo de la mascarilla estaría en $100 pesos y cada filtro en $20 pesos, los cubrebocas aún no tienen costo definido.
Como pueden ver, pese a todo lo que estamos viendo y viviendo, también hay buenas noticias.