Nuevamente haciendo de las mías, tomo este título recordando la famosa frase de Hamlet (escrito por W. Shakespeare) en lo que creo, es una de las mejores escenas de todos los tiempos. Espero un día se den la oportunidad de disfrutar esta lectura que, en realidad, es un gran drama: el pobre Hamlet vive el conflicto de la muerte de su padre y se entera, por una aparición fantasmagórica de su mismísimo progenitor, que quien lo ha matado es su tío que, además, anda con su madre… y bueno, para telenovela, ya se imaginarán cómo se pone la cosa. Para su fortuna, existe otro personaje, Ofelia, bella y sensata, quien apoya al príncipe que loco, quiere matar a su tío. Hasta aquí mi pequeña introducción para quien no ha tenido la fortuna de conocer esta maravilla de obra literaria.
Lo nuestro hoy, es un tanto menos complicado, pero ya ven el dedo chiquito de uno que duele y, no es para menos. En mi parte ángel, no sólo lo comprendo, pues además en mi humanidad, lo vivo. He pasado esta cuarentena como todos (aunque encontré a mi Ofelio virtual) con grandes dosis de mala información e intentando encontrar la cuadratura de esta situación atípica. Pero recopilemos un poco, no solo para señalar los terribles errores, sino para hacer una búsqueda que nos ayude a tomar decisiones:
- El Covid-19, es un virus tremendamente escurridizo. Los coronavirus ya existían, pero la modalidad 19, que al parecer sale de una mutación de murciélagos, tiene debilidades -muere con simple agua y jabón-, pero también fortalezas: puede vivir muchas horas en diferentes superficies y una vez que ingresa al cuerpo, que es a partir de tocar una superficie o persona contaminada y llevar la mano a nariz, boca u ojos (mucosas en general supongo), entra en el sistema y provoca múltiples malestares (tipo gripe) que pueden llegar hasta la insuficiencia respiratoria y si se complica, puede llevarte hasta la muerte.
- Este virus, según algunos expertos, pudo haber sido contenido en México si se hubieran detectado, cercado y dado seguimiento a los primeros casos, es decir ponerlos en cuarentena, y entonces, la historia sería distinta. Este gobierno, nuestros dirigentes, decidieron hacerlo de otra manera, no gastando en pruebas, por ejemplo, y provocando con ello una propagación, ahora, incontrolable. Si a estas malas decisiones sumamos el hecho de que hay contagiados asintomáticos, ósea que no tienen síntomas, pero sí contagian -todos somos sospechosos-, el escenario es de terror.
En este punto, también intentando ser objetiva, hemos de aclarar que en todo el mundo no había una directriz ni fórmula perfecta. Nadie conocía al bicho este y, aún ahora, los médicos y los científicos siguen tratando de descifrarlos para poder diseñar las herramientas adecuadas para atacarlo.
- Aún no hay vacuna y, aún y si la hubiera, mucha gente tiene sus reservas para ponérsela. Las vacunas funcionan poniéndote parte del “veneno” digamos, entonces en su razonamiento, quién asegura que “esa parte”, no será terrible para ti. Nadie. Sin embargo, desde que se creó la primera vacuna que fue contra la viruela, se ha demostrado que una pequeña dosis del virus ayuda al cuerpo a desarrollar la protección, los anticuerpos, contra dicho mal. Será personal la respuesta, pero sé y conozco casos terribles de personas que se contagiaron de polio y que no estaban vacunados porque la cura se descubrió o generalizó después de su padecimiento y quedaron con serias discapacidades. El sistema de vacunación infantil ha evitado la pérdida de muchas vidas.
Ya en la Ciudad de México nos han puesto en semáforo naranja, y la actividad inicia con medidas y porcentajes, pero los contagios no han disminuido lo suficiente. A decir de los que saben, el presidente y el subsecretario Gatell manejan datos confusos. ¿No sería más fácil reconocerse como simples mortales y dar a conocer los datos como son para que cada uno nos hiciéramos responsables de nuestro riesgo? ¿No sería más honesto hablar con la verdad y dejar de tratarnos como tontos?
Puede haber un rebrote muy fuerte y que de nuevo nos regresen a nuestras casas, pero peor aún, puede haber más muertes dado el manejo desparpajado de algunos incluido el del cabecilla desarticulada (ahora ni el nombre podemos usar porque están intentado meter una ley de multa en internet por derechos de autor, que ya lo hablaremos en otra ocasión), y los discursos y llamados contradictorios que, han llevado a que muchísimos mexicanos piensan que es esto de la pandemia y el virus no existen. Es verdad, señores, está pasando y pido a todos los cielos que no lo comprueben con alguien cercano.
La economía ya se tiene que mover, estoy de acuerdo, nos han puesto en un escenario muy difícil para todos, creo que nadie puede decir que no ha sido afectado. El mundo realmente cambió y el sentido de nuestras vidas. Espero que estén aprovechando esta crisis para replantearse, más que para angustiarse.
No juguemos nunca al miedo, porque si el miedo se hace grande, tú te haces pequeño, sin embargo, hoy más que nunca toma las medidas seriamente, mucha higiene, mucha prevención. Si esta prueba nos tocó vivir, demostremos que tenemos la capacidad para superarla. No hay dirigente, y vaya que en México no hay, que te pueda decir qué hacer, pero sé responsable por ti y por los demás, ten sólo el contacto necesario hasta se presente otro panorama. Estoy convencida y sé también, que quien vive más feliz, con paz y pensamientos positivos, fortalece su sistema inmune, creemos una red positiva de protección.
Mi demonio se muere de ganas por volver a la libertad, a las calles y a la fiesta… a mi sueño de una noche de verano… pero mi ángel me pide que sea precavida, y así te lo sugiero también.