El efecto que ha causado el COVID-19 en el mundo y, en particular, en México ha hecho que se olviden o no se le preste la debida atención a otros problemas que estamos viviendo. La crisis sanitaria y la económica representan hoy el foco de mayor preocupación a nivel mundial. En nuestro país y pese al optimismo de nuestro presidente de la República que considera todo ya se está resolviendo favorablemente, la realidad es otra, y para muestras tenemos el cada día mayor número de contagios y fallecimientos derivados del virus, el incremento en el índice de desempleo, inseguridad, pobreza y más.
El gobierno federal trata de desviar la atención pública explotando e incentivando otros escándalos con el fin de restar importancia a estos malos resultados y ocultar su ineficiencia, así tenemos un presidente hablando todos los días del caso Lozoya, de la consulta para enjuiciar a los expresidentes, de la rifa del avión presidencial y, recientemente, sus bravuconadas con respecto a la negación de registro, por parte del INE, a varios nuevos partidos políticos.
Pero por más escándalos que se presenten, no se puede ocultar que en México tenemos problemas graves que, aunque no impactan a la opinión pública en la misma medida que la pandemia, si requieren de atención puntual, permanente e inmediata: la mala calidad de la educación, la falta de atención médica, el desabasto de medicamentos, el crecimiento brutal de la inseguridad y del deterioro del medioambiente, son solo algunos de ellos.
En esta ocasión me detendré aún más en el tema del ambiente y la incongruencia del gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza Andrés Manuel López Obrador (AMLO), referente a sus recientes acciones respecto a la conservación de nuestro entorno natural.
Hoy en día, contar con ecosistemas naturales sanos cobra mayor importancia para hacer frente al Coronavirus SARS CoV2, ya que las medidas recomendadas y obligadas que debe observar la población, se basan en contar con servicios ambientales saludables como agua limpia y en cantidad suficiente, disfrutar de aire puro, disminuir la contaminación con un manejo adecuado de los residuos, entre otros aspectos. Existe el Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales (PROMARNAT), publicado este año por el gobierno federal, a través de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), cuyo propósito central es buscar el bienestar de las personas bajo el concepto de desarrollo sostenible mediante la conservación y recuperación del equilibrio ecológico del país. Es un programa para llevarse a cabo del año 2020 al 2024 bajo objetivos y estrategias correctamente definidas y medibles, que se enfocan a cinco ejes principales:
- Conservación, en el sentido más amplio, de áreas naturales.
- Fortalecimiento de las medidas para contrarrestar y atenuar los efectos del cambio climático.
- Manejo adecuado del recurso hídrico.
- Combate a la contaminación del agua, aire y suelo.
- Fortalecimiento de la gobernanza ambiental con la participación de la ciudadanía.
Todo ello, para evitar que continúe el deterioro de nuestro medio natural y que la ciudadanía viva en mejores condiciones. Este instrumento sería, sin duda y de llevarse a cabo, un factor esencial para hacer frente a la pandemia. Desde luego, representa una labor titánica que requiere de un líder y un equipo de trabajo adecuado, capaz y con conocimiento para llevarlo a la práctica de manera efectiva.
Después de la salida de Josefa González-Blanco Ortiz-Mena, a casi un año de haber sido designada secretaria de la SEMARNAT, funcionaria altamente cuestionada por su escaso conocimiento sobre los temas propios de su cargo y tras el escándalo por haber ocasionado el retraso de un vuelo comercial en mayo del año pasado, tomó la dirección el Doctor en Ecología Víctor Manuel Toledo, investigador reconocido en temas ambientales y, en particular, experto en la relación entre las culturas indígenas y la biodiversidad. El nombramiento de este hombre, institución en su materia y luchador incansable por la conservación de la riqueza natural del país, hizo pensar que el programa PROMARNAT y en general la SEMARNAT, trabajaría de manera más eficiente y con un claro compromiso de mejora de nuestro medio ambiente. Sin embargo, el gusto duró solo un año. Renunció en días pasados aludiendo motivos personales, aunque sabemos que antes, expuso durante una reunión su preocupación sobre el mal manejo que se está dando a nuestra riqueza natural en las esferas políticas y las contradicciones del gobierno de la 4T respecto a las directrices ambientales señaladas en el Plan de Desarrollo Nacional, también evidenció los intereses de algunos funcionarios públicos de esta nueva Administración así como el de compañías nacionales y extranjeras en sectores como la agricultura, ganadería, minería y la industria cervecera, aun a costa de los recursos naturales y de los lineamientos establecidos por la SEMARNAT.
Ante ello, no es de extrañar que le hayan solicitado su renuncia o que él mismo, en un acto de congruencia, decidiera bajar de ese barco. Ahora tenemos como cabeza de la dependencia a María Luisa Albores, quien se encontraba a cargo de la Secretaría del Bienestar con experiencia en economía social, pero neófita en cuestiones ambientales, aunque eso sí, fiel seguidora de AMLO, lo que deja ver que el ambiente natural del país se seguirá siendo manipulado y explotado con fines políticos y económicos.
Si a ello sumamos que el programa PROMARNAT señala que, para la conservación de las zonas naturales del país, es relevante la participación y función de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) dependiente de la SEMANRNAT, y resulta que el gobierno federal, con los ajustes presupuestales para el próximo año, tiene en mente desaparecerla, así como reducir de forma importante el presupuesto para la misma Secretaría, no es difícil concluir que la protección y conservación del medioambiente no está entre sus prioridades.
Todo esto nos confirma que en gobiernos con ideología “socialista” como el que encabeza el Sr. López Obrador, no hay interés real en la sustentabilidad del ambiente y contradice lo que señala el propio PROMARNAT elaborado por la 4T: “Conservar para aprovechar y aprovechar conservando”.
En lo que respecta al medio ambiente, gobiernos van y gobiernos vienen, y sigue faltando esa voluntad política que propicie realmente una transformación a favor de los ecosistemas naturales del país. Si bien, la suspensión de actividades económicas debido a la pandemia ha dado un ligero respiro a la naturaleza, se requieren de mayores acciones para lograr esos ambientes sanos que demanda la población. Como sociedad debemos manifestar las incoherencias en que cae nuestro actual gobierno y exigir soluciones congruentes que mejoren la vida de los mexicanos, el propio PROMARNAT demanda en sus objetivos la participación ciudadana.
Como se ha mencionado en esta revista y ante las muestras de contradicciones de nuestras autoridades, debemos hacer un frente común y exigir resultados correctos y adecuados a cada problemática que se presenta y si no hay respuestas favorables, recordar que una forma de castigo y actitud de cambio está en nuestro derecho al voto electoral. Hasta la próxima.