Como en todos los principios de año, los buenos deseos, las nuevas esperanzas y la fe en que este periodo será mejor que el anterior, no se hacen esperar, y en materia ambiental, no es la excepción, sobre todo con la pandemia que vive actualmente el mundo y la necesidad de tener un medio ambiente más sano.
El triunfo del demócrata Joe Biden como presidente del vecino país del norte, hace renacer el optimismo de que estos próximos cuatros años de su mandato, serán de gran beneficio para el medioambiente a nivel mundial, dadas sus promesas de campaña y primeros actos de gobierno. Biden es un defensor de la conservación del ambiente natural y combatiente del cambio climático en particular, desde hace mucho tiempo. Su propuesta política sobre el cuidado de la naturaleza y el regreso de los Estados Unidos de América al Acuerdo de París traerá, sin duda, repercusiones favorables no solo a su país, sino para el resto del mundo. Estos hechos también podrán ser beneficiosos para nuestra nación, pero no así para el gobierno de la Cuarta Transformación (4T), ya que, en contra de su voluntad, se verá obligado a cambiar e implantar nuevas políticas en materia ambiental y económica, para poder comercializar de manera amplia con la Unión Americana.
Independientemente del aspecto político y los comentarios a favor o en contra de sus futuras acciones al frente de la poderosa nación, el triunfo de Joe Biden ha sido catalogado como ampliamente beneficioso en la lucha para contrarrestar los impactos del cambio climático, así lo anuncia su programa en materia de conservación natural, diametralmente opuesto al de su predecesor Donald Trump y por tratarse de la nación más poderosa del orbe y a la vez la más contaminante junto con China, cualquier cambio que se pueda hacer para atenuar el efecto contaminante que dicho país produce sobre el ambiente, será de ayuda para todo el planeta y sus habitantes.
El regreso de Estados Unidos de América (EU) al Acuerdo de París implica, por principio, que acepta tomar medidas para reducir sus emisiones de carbono y, de manera general, disminuir los gases de efecto invernadero. Este acuerdo firmado por 195 países en 2016, pretende limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a menos de 1.5°C, con objeto de evitar impactos mayores por el calentamiento global en la naturaleza y los humanos. El hecho de que EU vuelva a reconocer el Tratado como una de las máximas potencias mundiales, conlleva a presionar a los gobiernos del mundo, a que también asuman con mayor fuerza, esta lucha. Ya Biden ha anunciado impondrá “aranceles y cuotas de ajuste a los bienes importados que consuman mucho carbono, provenientes de países que no cumplan con sus obligaciones climáticas y ambientales”. En otras palabras, el que EUA acepte y lleve a la práctica el Acuerdo de París, obligará a sus socios comerciales a tomar las medidas ambientales pertinentes si quieren seguir siendo competitivos y no perder un mercado tan importante como lo es el estadunidense.
México, siendo uno de los abastecedores principales de EU y firmante de dicho acuerdo, se verá obligado a hacer más eficientes sus procesos productivos, sin embargo, por lo presupuestado a nivel federal y conforme lo que se comprometió a cumplir el país, el panorama se ve desolador; como ejemplo tenemos que, del presupuesto federal para este año, el 11.6% de los recursos se destinará a la explotación de hidrocarburos y solamente el 1.1% para atender el cambio climático. El Climate Action Tracker, señala que es mínimo el avance de México en el cumplimiento de sus metas del Acuerdo de París para el 2030. Lo que significa por otro lado, que el país tendrá problemas comerciales con su vecino del norte si no cambia sus políticas y acciones ambientales de manera inmediata. Dada su dependencia comercial y la necesidad de reactivar su economía de manera inmediata, México tendrá que hacer los cambios pertinentes en materia ambiental.
El programa del presidente de los Estados Unidos establece diversos puntos claves para la conservación del medio ambiente, destacando el de hacer que el ambiente forme parte de las medidas contra el coronavirus y recuperar áreas de vida silvestre; además pretende reunir a los líderes mundiales a fin de presionar a las grandes naciones industriales para que reduzcan la emisión de gases de efecto invernadero; también propone colocar a las energías limpias por encima de la economía basada en combustibles fósiles y petróleo, contrario a la política de Trump y opuesto a las de López Obrador.
Desde luego, habrá que esperar que tanto de lo prometido se llevará a la práctica, pero pareciera que el interés y empeño de Biden por conservar el medio ambiente sano, no solo de su país sino del resto del mundo, obligará a países como México a cambiar sus políticas para combatir el cambio climático a riesgo de comprometer sus relaciones económicas y financieras. Esto, sin duda, será un duro golpe para el gobierno de la 4T, pero uno a favor del planeta.
La llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados Unidos representa una buena noticia en materia ambiental para nuestra nación y para el mundo. Hasta la próxima.