Desde el principio de la civilización, el individuo ha sido controlado por los gobernantes. Con excepciones, solo cuando se establece la democracia moderna iniciada en la Declaración de Independencia y la Constitución de los Estados Unidos de América[1],[2], que en su preámbulo (Nosotros el Pueblo..) encontramos una forma de gobierno donde es el individuo el ente que otorga poder y crea un gobierno para el bien común[3]. Este artículo se enfoca en establecer la necesidad que el Derecho del Individuo es fundamental para que los Derechos Humanos sean practicados, separando ambos conceptos para su aplicación correcta.
La Declaración Universal de Derechos Humanos[4]
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en sí, marca un hito en la historia de la humanidad; fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París como un ideal común; establece, por primera vez los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero. Sus 30 artículos[5] hablan de un “ideal común”, énfasis en “ideal” y del “Estado de Derecho”, (una forma ambigua del concepto en ingles de “Rule of Law”) que no existe en un sinnúmero de las naciones pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas (ONU), y en donde la práctica de DDHH es virtualmente imposible. Empezando con los miembros de la Comisión de Derechos Humanos, tal como lo critica el artículo del The Economist[6] sobre la ínfima selección de miembros: La elección de abusadores de derechos-humanos para ser parte del organismo de Derechos Humanos juega directamente con los deseos a las manos del presidente Trump (traducción propia). “Aquellos que argumentan que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es una fuerza para el bien, quedaron muy disatisfechos con la elección de Bahréin, Camerún, Eritrea y las Filipinas” amalgamándose con Cuba, la República del Congo, Egipto y Arabia Saudita. Lo cual da sombra a aquellos que aplauden la decisión del presidente Trump de salir del consejo al elevar a 4 naciones que más abusan los derechos humanos. La embajadora de los Estados Unidos, Nikki Haley, describe al consejo como “un protector de abusivos de los derechos-humanos y una cloaca de consejo con un propio sesgo político” especialmente contra Israel. El mismo Human Rights Watch, de Nueva York, expresó gran indignación, en particular por incluir a las Filipinas.
Los Derechos Humanos
La definición dice[7]: “Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. Entre los derechos humanos se incluye el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos. Estos derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna”. La ONU, ha establecido mecanismos (sin fuerza) para promover y proteger estos derechos y ayudar a los Estados a ejercer sus responsabilidades. Concepto idealista que muchos gobiernos ni cumplen ni les interesa cumplir, ya que todo dictamen de la ONU es imposible de aplicar al no existir mecanismos que obliguen su cumplimiento.
Los Derechos del Individuo
En los diez mil años de la civilización humana, los derechos han sido primordialmente privilegio de quien gobierna. No es hasta la creación de las democracias modernas, como la de los Estados Unidos de América en que se establecen en sus normas como en la Declaración de Independencia y su Constitución con el preámbulo “Nosotros el Pueblo…”. Es aquí que encontramos un gobierno basado en el individuo como el eje de la nueva sociedad, que luego fue reafirmado en la Carta de Derechos de la Constitución de Estados Unidos (Bill of Rights)[8]. Thomas Paine[9] en su libro Los Derechos del Hombre nos dice: “El hombre habla de dos cosas distintas cuando se trata de constituciones y gobiernos, es evidente: ¿o por qué estos términos se usan separada y distintamente? Una constitución no es el acto de un gobierno, pero de un pueblo constituyendo un gobierno; y un gobierno sin una constitución, es un poder sin ningún derecho”. Hoy, una mayoría de los ‘gobiernos’ tienen una constitución; pero pocos pueden reclamar legitimidad, ya que no fueron suscritas por el pueblo a quien rigen. Prácticamente ninguna define quien otorga al susodicho gobierno la capacidad de gobernar fundamentada en una legitimidad dada por los gobernados. El presidente Lincoln en su famoso discurso de Gettysburg[10] define una democracia moderna “Un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo”. Pocos gobiernos, a pesar de llamarse democracias, se sustentan en este fundamento.
Aunque La Declaración de los Derechos Humanos habla de los Derechos individuales, en la práctica no se protegen. Parece haber una gran distancia entre el activismo y la práctica de Derechos Humanos más allá de la retórica. Grupos como Human Rights Watch y comisiones locales de Derechos Humanos habitualmente se ven defendiendo a criminales, ignorando a las víctimas. Un caso, fue el intento de quitar a los militares mexicanos el fuero del que gozan como todo funcionario de gobierno durante actividades legítimas, tomando como base acusaciones de abusos por parte de elementos del ejército en la ‘guerra contra las drogas’. El punto esencial es pretender que no existe tanto la protección a todo funcionario de gobierno en sus funciones legítimas y separar acciones fuera de la ley que no son protegidas por la constitución ni los códigos de justicia militar. El esfuerzo era dejar a los militares totalmente desprotegidos y poder incriminarlos por toda acción. En uno de los debates acusé a las organizaciones de Derechos Humanos de estar coludidas con el Crimen Organizado ya que serían los únicos beneficiados de esta acción absurda e ilegítima.
De interés particular, en el caso de México, que siempre se ha cubierto bajo el concepto de la Doctrina Estrada, pero firma todo tipo de tratados internacionales sin considerar los efectos para su soberanía, dando carte blanche a los grupos de Derechos Humanos que, en varias ocasiones, dotan de impunidad a grupos violentos y criminales, lavándose las manos de casos tales como defender a los vándalos que después de las elecciones y la reforma de educación se dedicaron a destruir propiedad privada y bloquear carreteras con absoluta impunidad.
Durante la Conferencia “Como reducir los homicidios en México”[11], patrocinada por el Consejo de las Américas, un orador comentó que “en México el poder es para ejercerlo, no para servir a la comunidad”, afirmado por el concepto del México moderno bajo Plutarco Elías Calles que avalaba el poder en manos del gobierno, no del pueblo.
En el artículo The End of Human Rights[12] (El Fin de los Derechos Humanos) una y otra vez, se ve que los que promueven los derechos humanos fallaron en defender a los judíos que tan ardientemente creían en ellos. Los Derechos Humanos y la ley internacional no pudieron evitar el Holocausto, proteger al Estado de Israel o asegurar los derechos de los judíos soviéticos a emigrar. En un mundo fallido donde las políticas de poder y rivalidades entre los estados, los derechos humanos no pueden ser más que una fuerza retórica. Esto no quiere decir que deben ser ignorados. Bajo un estándar moral, tienen un papel primordial en moderar los actos de gobiernos responsables. Pero como los autores Arendt y Loeffler confirman, cualquier grupo que se encuentra dependiendo solo en derechos humanos tiene problemas muy grandes.
Conclusión
El concepto de los Derechos Humanos es esencial como un principio para evitar abusos y lograr igualdad universal. Sin embargo, a pesar de la retórica, pronunciamientos políticos y fanfarronería moral de muchos, que se usan como principio por unos y escudo por otros, es empíricamente un sueño inalcanzable siempre y cuando el individuo no sea la figura base de un gobierno establecido y administrado por el pueblo que lo establece. Todo gobierno no establecido por sus gobernados es en principio un gobierno de facto, por lo tanto, incapaz de proteger y defender derechos individuales, mucho menos los derechos humanos, ya que su fundamento es el poder para sí mismo y quien lo controla.
[1] United States Declaration of Independence http://www.let.rug.nl/usa/documents/1776-1785/the-final-text-of-the-declaration-of-independence-july-4-1776.php
[2] United States Constitution http://www.let.rug.nl/usa/documents/1786-1800/the-usa-constitution.php
[3] https://billofrightsinstitute.org/founding-documents/bill-of-rights/
[4] ONU 10 de diciembre de 1948 Resolución 217 A (III),
[5] Anexo 1
[6] https://www.economist.com/international/2018/10/17/the-un-human-rights-councils-lousy-election
[7] http://www.un.org/es/sections/issues-depth/human-rights/index.html
[8] (IBID)
[9] Thomas Paine – The Rights of Man (1791-1792) > (Ideas for Life) (Kindle Locations 2603-2606).
[10] http://www.abrahamlincolnonline.org/lincoln/speeches/gettysburg.htm
[11] COA
[12] https://www.tabletmag.com/jewish-arts-and-culture/264748/the-end-of-human-rights By Adam Kirsch | June 25, 2018 12:00 AM