Dice Bernard Crick que “cuando perdemos la ironía, el dogmatismo e incluso el fanatismo nos dominan”[1] .
“En defensa de la política”[2] es un libro recientemente reeditado por el INE que vale la pena leer. Aunque fue publicado por primera vez en 1962, su tesis y sus argumentos son adecuados al contexto político de nuestra región y de otras, en el mundo. El autor se preocupa por el surgimiento de posturas radicales que descalifican el ejercicio de la política recurriendo a expedientes morales o, incluso, pontificales. Crick se propuso reivindicar a la política como actividad indispensable frente al riesgo del dogmatismo.
Abundo; durante la década de 1960, en las filas del laborismo inglés se discutía la posición del partido frente a los resultados del modelo parlamentario como forma de gobierno. Algunos criticaban el pragmatismo que era necesario para lograr acuerdos y hacer avanzar políticas públicas en las Cámaras; los críticos preferían mantenerse apegados a los ideales y principios de su partido, antes que ceder, aunque eso llevara a la parálisis del gobierno. Crick, entonces asesor del laborismo, se oponía a esas posturas, que calificaba como fundamentalistas, y apoyaba la apertura, el diálogo y la consecución de acuerdos que, claramente, exigían ceder y avanzar.
No hay negociación en la que uno de los actores gane todo; a eso se le llama imposición; y a quienes intentan imponer su opinión a la de otros, el autor les llamó “sacerdotes de ortodoxias sospechosas”.
Precisamente, el libro defiende a la política a partir de oponerla con el autoritarismo. Es verdad que en la primera se recurre a prácticas que son mal entendidas o mal vistas por una parte de la sociedad, pero también lo es que son necesarias para conciliar posiciones diferentes sin hacer uso de la fuerza. Sus atributos para acercar posturas alejadas son lo que Crick valora más, porque permite la posibilidad de representación de toda la sociedad y no sólo de las fuerzas políticas mayoritarias. Las mayorías pueden tener la fuerza para dominar a los demás, pero a eso no se le puede llamar democracia. Es oportuno recordar los argumentos de Crick en momentos en que los fundamentalismos están resurgiendo.
La descalificación de la política y de los políticos es uno de los discursos más recurridos actualmente; en México, por lo menos desde el año 2000. La necesidad de los candidatos y las candidatas de mostrarse como “diferentes” ha propiciado campañas de descalificación al sistema político democrático -que en nuestro país apenas empezaba a construirse- y no a las personas específicas. “Lo político” se asoció con características negativas, buscando generar empatía entre el electorado. Esto, como dirían, fue darse un balazo en el pie, porque los críticos no eran agentes externos sino políticos con trayectoria que intentaban sacar provecho de la inconformidad social. Pero lo inmediato venció a lo importante.
Los resultados del Latinobarómetro 2018 muestran el declive de la satisfacción con la democracia desde 2010 y el proceso de descrédito continúa, al grado que los autores del Informe lo han caracterizado como la “diabetes de la democracia”. Son ocho años consecutivos en los que la percepción ciudadana es negativa o indiferente a la política. Y, de acuerdo con voces expertas, esta desafección -producto del desencanto y la frustración- suele conducirse hacia el apoyo de posturas populistas. El razonamiento es que, si los partidos y la institucionalidad política dominante no han podido dar respuesta a los reclamos sociales, entonces los ciudadanos optan por dar un vuelco para apoyar movimientos o personalidades populistas.
Las respuestas fáciles a problemas complejos pueden tener eco en la sociedad; momentáneamente. Pero, con el transcurso del tiempo, se demuestra que las inconformidades siguen y propician un estado de ánimo favorable a los discursos antipolíticos y extremistas.
Hoy, ante ello, es necesario asumir una posición clara a favor de la política, y de sus métodos para dar estabilidad y viabilidad a regímenes incluyentes.
[1] Crick, Bernard. “En defensa de la política”. P. 13. Tusquets Editores-INE. Ciudad de México. 2018
[2] Crick, Bernard. “En defensa de la política”. Tusquets Editores-INE. Ciudad de México. 2018