“Hasta morir también, tal vez un día; de soledad y rabia…
de ternura o de algún violento amor, de amor… sin duda”.
Alfredo Zitarroza
De qué me sirve el silencio
si no puedo ya encontrarte
en estos versos que tengo.
No sirvieron los colores
el azul, el ocre, el negro;
si no pude dibujarte
en este espacio vacío
justo como te recuerdo.
De que me sirvió este canto
si no me llegó la tarde
de tus ojos muy abiertos;
si no pude reflejarme
cualidad de humor acuoso,
por partida doble en ellos.
De que me sirve esta pena
que ni con ella en la bolsa
he podido pasar la hoja
de este maldito cuaderno.