Recordando mis viajes de infancia a Tierra Caliente, en Guerrero, vinieron a la mente varias caritas de niños con labio y paladar hendido (LPH), muchos de ellos fueron en encuentros fortuitos, otros pocos fueron casos de hijos de conocidos de la abuela Aurora que, al pasar de los años quedó de manifiesto la falta de recursos para su adecuada atención.
Esta malformación congénita craneofacial que altera la estructura del labio o la boca del bebé impidiendo que se forme adecuadamente, tiene lugar en la vida intrauterina entre la semana 4 y la 12 del embazo, es decir, cuando comienza su formación.
Hasta el momento no se ha determinado una causa real, al menos comprobada médica y científicamente, por lo que ha sido difícil poder prevenir esta condición. Sin embargo, Mónica Domínguez, directora de área México, Centroamérica y Caribe de la Fundación SmileTrain, señala que algunos estudios la han relacionado con factores de tipo genético, es decir, que tienen que ver con la codificación del ADN del individuo; y con factores externos como, por ejemplo, la exposición de la madre a pesticidas, radiaciones e, incluso, al consumo de medicamentos para aminorar los vómitos y náuseas del embarazo.
Aunque en México existe un subregistro debido a que algunos partos no son atendidos en los hospitales o centros de salud en estados como Chiapas Veracruz, Oaxaca, Guerrero y Yucatán, donde se detectan más casos de niños con labio y paladar hendido, se calcula que al año nacen tres mil niños con esta condición.
Como siempre la empatía y solidaridad de los médicos por ayudar a sus pequeños pacientes, dio rienda suelta para darle vida a MATI, un dispositivo en forma de muñeco con grandes ojos y con distintos colores de piel y de cabello, como herramienta de apoyo para que los papás reciben asesoría en cuanto a la lactancia y evitar la bronco-aspiración, limpieza dental, nutrición, terapia de lenguaje y, sobre todo, como apoyo psicológico para lidiar con los estigmas de la sociedad.
MATI, nació en la Ciudad de México y es creación del doctor Iván Carrasco, ortodoncista y socio médico de Smile Train. Este Muñeco de Aprendizaje para el Tratamiento Integral (MATI) es de suma ayuda para que los médicos puedan enseñarles a los padres el uso correcto uso de los aparatos de ortopedia prequirúrgica y comenzar el tratamiento desde el momento del nacimiento, pues éste es más complejo y va más allá de una cirugía estética.
El doctor Carrasco nos dice sobre su obra “he puesto mi corazón aquí y este es el resultado: un personaje educativo, funcional, pero al mismo tiempo inspirador. Los muñecos y muñecas fueron elaboradas por mis manos, una por una, con especial atención al detalle de cada hendidura para que realmente representara un material didáctico para todos los profesionales”.
Si bien MATI ayuda a que los padres se familiaricen con la fisura en el rostro de su bebé recién nacido, algunos psicólogos se han apoyado en algunas etapas de la infancia, para que estos niños sepan que el LPH es simplemente una característica, “MATI les ayuda a tener una especie de inclusión de ellos mismos en la sociedad”.
Smile Train tiene presencia en 90 países alrededor del mundo, en México existen 36 centros en 23 estados del país, que además de ofrecer un acompañamiento multidisciplinario, proporciona subvenciones a aquellas familias de bajos recursos.
A pesar del confinamiento, provocado por la pandemia de coronavirus, MATI de la mano con los integrantes de esta organización internacional, ofrecen teleasistencia y, a través de ella, siguen brindando atención al desarrollo integral de estos niños y procurando vayan por la vida esbozando lindas sonrisas.