Este 23 de julio se cumplen siete años de la muerte de Amy Winehouse, una de las cantantes más prolíficas de este siglo. Su muerte por sobredosis abrió el debate sobre los fallecimientos provocados por depresión. Para recordarla y honrar su legado aquí un breve repaso de su obra y de los últimos años de su vida.
Amy pasó sus últimos días en una inmensa negrura, soñaba con regresar a la lucidez y, al llegar ese momento, nosotros lo sabríamos. Murió cien veces. O al menos eso asegura en una de sus canciones. En otra, se negó rotundamente a someterse a rehabilitación. Y en otra más sentenció: “te dije que era problemática/sabes que no hago bien”.
A siete años de su muerte por sobredosis, su legado musical y cultural continúa echando raíces en las nuevas generaciones.
Frank: “más fuerte que yo”
Amy no fue desdichada toda su vida. Durante la grabación, producción y comercialización de su álbum debut Frank (2003), vivió los años más dichosos de toda su carrera musical. Creció rodeada de jazz, blues y R&B. “Adoraba el jazz, Dinah Washington, Sara Vaughan, Tony Bennett. Aprendí a cantar escuchando a músicos como Monk y muchos otros solistas”, dijo en una entrevista.
Hasta ese momento, su pluma no rendía tributo al desamor, incluso se atrevía a sugerirle a sus hombres: “deberías ser más fuerte que yo.”
El regreso a las penumbras
Entonces llegó Blake Fielder, el “cínico y mujeriego”, del que Amy se enamoró perdidamente en cuestión de semanas. El público comenzaba a olvidar Frank y estaba ávido de nuevo material. Pero ella necesitaba una obsesión sobre la cual versar algo lo suficientemente cercano, suyo.
“Yo nunca escribiría sobre algo que no fuera directamente personal”, dijo. Pero cuando Blake la dejó para regresar con su antigua mujer, Amy regresó a la negrura (back to black).
A pesar de decirle a su padre que no asistiría a ningún centro para erradicar adicciones (no, no, no), estuvo internada en dos ocasiones. Pero ni las rehabilitaciones, ni el apoyo de sus managers, amigos y mucho menos el falso auxilio de su Blake lograron impedir que tocara fondo y se ahogara, literalmente, en sus pesares.
Naufragio adjudicado al desamor, males desahogados finalmente en el álbum Back to Black (2006), su producción más exitosa, galardonado con el Grammy en el 2008.
La guerra impía de Amy
Tras el triunfo apabullante de este álbum, Amy recayó. Fielder reapareció en la historia y la introdujo en el consumo de crack, cocaína y heroína. A pesar de los esfuerzos de su mejor amiga, Juliette Ashby, y de su manager, Raye Cosbert, para llevarla hacia una completa rehabilitación, la distancia de sus padres fue un factor que impidió la culminación del tratamiento.
Cosbert aseguró: “Para promover el disco y organizar los shows yo hice lo que tenía que hacer. Ahora la responsabilidad era de su familia. Yo estaba ahí, pero no podía hacer todo”.
Su madre, Janis Winehouse, estaba consciente de los errores que había cometido, ya que nunca pudo tener mano firme con su hija: ”Desde muy pequeña, aprendí que cuando Amy tomaba una decisión, eso se hacía. Me costaba mucho trabajo hacerle frente. No fui lo suficientemente fuerte para decirle que parara”.
Sin embargo, según los fans, amigos y familiares de ambos (Amy y Blake), Fielder era el verdadero culpable de su decadencia y su muerte. Él inspiró sus mejores melodías, pero también la guió durante sus noches de sustancias nocivas.
Asif Kapadia, director del filme dedicado a la vida y obra de la cantante, Amy, la mujer detrás del nombre (2015) nos compartió: “Hay un momento del documental en el que creo que el espejo se da la vuelta. De alguna manera, cuando veíamos los vídeos de Amy Winehouse tambaleándose y que nos hacían gracia, sabíamos lo que iba a pasar. Y seguíamos riéndonos. Todos fuimos cómplices de lo que pasó”.
Legado
El documental “Amy” es sin dudas el trabajo más representativo producido en su honor. Ganó, el domingo 28 de febrero, el Óscar al mejor largometraje documental, sumándose después los galardones del British Academy Film Awards, el Boston Online Critics Association y el Critic´s Choice Award.
Para 2011, la discografía Island sacó a la venta Lioness: Hidden Treasures, álbum póstumo y recopilatorio. Éste incluyo melodías grabadas antes de la producción de Frank y de las piezas que comenzaba a entonar durante su último año de vida.
En 2015, Mitch Winehouse -padre de la compositora- , creó una fundación con el nombre de su hija que, de acuerdo a la página oficial de la misma, tiene por objetivo prevenir los efectos del mal uso de alcohol en jóvenes: “También apuntamos para apoyar, informar e inspirar a jóvenes vulnerables y desheredados para ayudarles a alcanzar su potencial lleno.”
Amy no regresó nunca del negro espacio, pero su talento sigue siendo un parte aguas para las nuevas generaciones de músicos que pretenden hacerlo bien, hacer buen jazz, buen blues.