Este texto lo escribí para el aniversario de la revista Vértigo.
“En marzo del 2001 nació Vértigo. Yo había comenzado a trabajar ahí unos meses antes, por invitación de esa gran persona que es Jaime Aljure. En octubre me operaron de un tumor en el cerebro (benigno pero igual te mata) y me tuve que retirar por un tiempo”.
“La población mundial era de 6,000 millones; hoy es de 7,500. México tenía 100 millones y hoy tiene 133. Tras el hartazgo que causó el dominio del PRI, llegaba por fin la ansiada transición democrática, con grandes esperanzas y mucho dinero del petróleo y los créditos internacionales. Dos sexenios más tarde el salto al PAN resultó una frustración más, empeorada por la guerra declarada contra un enemigo confuso, que incendió al país. Unos 500,000 muertos-heridos-torturados-mutilados-desaparecidos-desplazados-secuestrados después, tras un paréntesis en que el pueblo le dio otra oportunidad al PRI (que también la tiró a la basura por sus corruptelas), la esperanza se transformó en furor y dio paso a una nueva transición, que hoy comienza con bríos renovados”.
“Estaba por ocurrir el manipulado desastre del 9-11 y su secuela de guerras que acabarían costando 80 veces más que lo estimado, y habrían de dejar devastada a toda una región, matando a unos 2 millones de personas y dándole al imperio, al cabo de 16 años, un mega boquete financiero en vez de los prometidos ‘7 países en 5 años’. El verdadero presidente de EU no era Bushit sino Cheney, quien sostenía que ni el gasto deficitario ni la deuda importan. En EU aún no aparecía el espectro de una segunda guerra civil. La tecnología fascinaba; hoy intimida. La idea de una renta universal era repugnante; hoy es seriamente propuesta. Los conspiranoicos éramos pocos; hoy somos millones y cada día somos más. Antes te creías casi todo; hoy desconfías de casi todo. Había menos medios, más dispersos, te mentían pero tú no te enterabas; hoy hay más medios, más sutiles, pero ya no le crees a casi ninguno y la propaganda disfrazada de información es más ubicua”.
“EU era una potencia única; hoy rivaliza con China y Rusia, dos países que hace 18 años causaban risa en esas ligas. La Unión Europea se comportaba entonces con autosuficiencia; hoy hace agua por todas las costuras. El payaso Marcos alarmaba a todos; hoy ya no asusta ni a sus nietos. Venezuela disfrutaba de su borrachera chavista; hoy experimenta la amarga resaca. No se mencionaba el tema monetario; hoy existe una deuda impagable de $244 anglotrillones, tres veces el PIB global, materia que discuto cada semana en esta revista. El internet estaba en pañales; hoy las redes sociales apuntalan o derriban prestigios. Entonces te enterabas de algunas cosas en horas o días; hoy, al instante de cualquier asunto que te interese. El tramo de concentración del lector promedio era entonces de unas cuantas palabras y/o minutos; hoy es de unos cuantos caracteres y/o segundos”.
“Hoy tengo 70 y me acaban de volver a operar del mismo tumor cerebral; su tamaño, que ya era grande, se mostró mucho mayor, lo mismo que mi edad, mi pesimismo, y lo bueno, mi serenidad personal y doméstica”.
“Hoy los desafíos del mundo y de México, que ya eran grandes, son mucho mayores, más profusos, más acuciantes, más extendidos, más penetrantes. La expansión poblacional del mundo se revertirá en una despoblación trágica. Las perspectivas, que eran preocupantes e inciertas, hoy son pavorosas y seguras: es inminente e inevitable un colapso mundial. Para entenderlo y seguir sus causas, sus implicaciones, su evolución, contamos con unos pocos apoyos, entre ellos Vértigo.”