El verdadero problema surgirá cuando la insolvencia choque con la hiperinflación.
EXPERTOS
Sabido es que donde quiera que se reúnan dos economistas, surgen tres opiniones sobre el mismo asunto (contrario a la ingeniería, que convoca y no confronta, concilia y no contrapuntea). Con médicos el fenómeno es más modesto, pero esencialmente igual: si diez médicos dan su opinión de “expertos”, surgen al menos tres diagnósticos distintos (con la consabida confusión del paciente). El caso del Covid-19 no podía ser la excepción. Hay doctores “expertos” (virólogos, epidemiólogos, neumólogos, etc.) que califican la actual pandemia como una amenaza real, la peor que ha enfrentado la humanidad en los tiempos recientes, mientras que otros la desdeñan como un mero fantasmón asusta tarugos para encubrir el verdadero problema, que es el inevitable y anunciado colapso del sistema financiero global basado en el primer dinero fíat-crédito mundial (de lo que yo tuve las primeras noticias hace 26 años en el libro “Banktrupcy 1995”, y he venido advirtiendo desde entonces).
APLAUSOS Y CHIFLIDOS
Unos aplauden las respuestas rápidas, autoritarias, draconianas, mientras otros las reprueban y abogan por una reacción más gradual, proporcional, democrática, tolerante. Unos interpretan de un modo el dilema “vidas vs economía”, mientras otros lo interpretan justo al revés, y para otros el asunto no llega ni a problema y no hay tal dilema, sino que son dos caras de la misma moneda (la economía no es sino vidas humanas en interacción). Unos dicen que tal o cual gobierno reaccionó a tiempo y con las medidas adecuadas, y otros los califican de todo lo contrario y según ellos se adelantaron o se retrasaron, son excesivos o deficientes en tal o cual aspecto, etc. Unos proponen ciertos tratamientos o medicinas, y otros los critican como “dañinos”.
OTRAS PREGUNTAS
¿Vivir es algo más que sobrevivir? ¿Las mascarillas son necesarias o son ociosas, deben usarlas los contagiados o los sanos o todo el mundo? ¿Las cuarentenas son recomendables, indispensables, optativas o selectivas; ayudan o agravan? ¿Vale la pena sacrificar las libertades civiles en aras de recibir seguridad de parte del Estado? Unos… bueno, hay de todo en la web, usualmente con retiharto furor y vehemencia e insultos gruesos volando en todas direcciones. ¿A qué “expertos” o autoridades hacerles caso? ¿Qué postura adoptar? Hay para escoger la versión que más te guste. El caso es que, cuanto más lees o ves, menos entiendes.
CERTEZA
La única certeza compartida parece ser que millones de seres humanos morirán ADICIONALMENTE este año (lo “normal” es 60 millones de muertes en el mundo al año, por una razón u otra, un promedio de 164,384 cada día, de las cuales los fallecimientos por la pandemia son a la fecha una pequeña fracción del 0.3%: 20 mil muertos en los primeros 40 días de la pandemia, según la John Hopkins University.
https://www.buzzfeednews.com/article/peteraldhous/coronavirus-updating-charts-us-world-compare
Estos muertos, dicen unos, que se deberán al virus, pero otros dicen que serán producidos por el desempleo, el desabasto, la quiebra, la delincuencia famélica, los saqueos masivos, los motines inacabables. Claro, tampoco faltan los que atribuyen esas muertes a ambas causas juntas.
UN TRIPLE RETO
La pandemia enfrenta a la humanidad con tres desafíos en buena medida contradictorios:
- Salvar vidas (sobre todo vía confinamientos).
- Cuidar la economía (lo que se opone a los confinamientos).
- Mantener funcionando los hospitales, médicos y enfermeras (recursos muy escasos).
UNA RENOVADA MENTALIDAD
Esta pandemia de coronavirus ‘cambiará el mundo de forma permanente’. Se le preguntó a 34 de los pensadores más importantes de los Estados Unidos, qué vendrá después. Esto fue lo que dijeron (el péndulo viene de regreso al hipercolectivismo, supongo).
Un nuevo tipo de patriotismo: el amor a la comunidad será uno de los beneficios que saldrán de este horrible desastre.
Una disminución en la polarización: dados nuestros niveles actuales de tensión; ahora es momento de promover patrones más constructivos en nuestra cultura y discurso político.
Menos individualismo: la pandemia de coronavirus marca el final de nuestro romance con la sociedad de mercado y el hiperindividualismo; podremos ver mejor cómo están vinculados nuestros destinos; nos obligará a reconsiderar a quienes somos y lo que valoramos, y, a la larga, podría ayudarnos a redescubrir la mejor versión de nosotros mismos. Nuevas formas de reforma: las personas están encontrando nuevas formas de conectarse y apoyarse mutuamente en la adversidad; y lo harán volverse conscientes de la interdependencia comunitaria.
Un nuevo federalismo cívico: así como el trauma de luchar en la Segunda Guerra Mundial sentó las bases para un gobierno estadounidense más fuerte y una solidaridad nacional, la crisis del coronavirus podría sembrar las semillas de un nuevo federalismo cívico, en el que los estados y las localidades se convierten en centros de justicia, solidaridad y resolución democrática de problemas con visión de futuro.
La respuesta de Estados Unidos a la pandemia de coronavirus ha revelado una verdad simple: muchas políticas que nuestros funcionarios nos han dicho durante mucho tiempo que son imposibles y/o poco prácticas, han demostrado ser posibles y prácticas.
Cadenas de suministro interno más fuertes: en tiempos tan recientes como 2018, la administración Trump fue criticada por imponer aranceles al acero importado a nivel mundial por razones de seguridad nacional, cuando el presidente tuiteó ‘¡SI NO TIENES ACERO, NO TIENES UN PAÍS!’