Hoy día, el mundo enfrenta una crisis sanitaria, económica y política por la repentina existencia de un virus modificado que afecta a las vías respiratorias con mayor agresividad que otros virus ya conocidos y que, por no existir ni vacuna ni tratamiento efectivo para curarlo, ha puesto a todos en alerta de pánico; esta crisis está siendo tratada de distintas formas por los gobiernos del mundo y, como pocas veces, podemos comparar las distintas reacciones de sus dirigentes al mismo tiempo y ante un mismo problema.
En general existe una crítica hacia la mayoría de los gobernantes por la forma de enfrentar esta pandemia; en tiempos de desempleo y hambre los cuestionamientos suelen ser mucho más marcados que en tiempos de crecimiento y bonanza económica. Los pueblos se están dando cuenta de que quien esté al frente de un país sí importa y que no conduce igual los destinos de la nación un científico, un estadista, un líder político, un empresario racista, un músico, un cómico o un eterno candidato.
Se están dando casos en que mandatarios de varios países, bajo el pretexto del Covid-19, se otorgan más facultades limitando la función de los otros poderes ante la emergencia, es decir, están pasando de ser democracias en crecimiento a pequeñas dictaduras
De los pocos gobiernos que, con transparencia y honestidad, han salido más fortalecidos está el alemán de Angela Merkel, cuyo nivel de aceptación ha crecido entre sus ciudadanos y está siendo reconocida como una líder científica que ha sabido entender y enfrentar los desafíos planteados por el coronavirus y sus miedos. Pero ¿qué ha hecho bien? Daniel Zobatto @zobatto55 lo ha resumido en los siguientes 5 puntos: 1) liderazgo racional; 2) decir la verdad e informar con claridad y transparencia; 3) dejarse aconsejar por equipos multidisciplinarios; 4) forjar consensos; y 5) utilizar los poderes de emergencia prudentemente.
En efecto, si recordamos, lo primero que hizo fue emitir un mensaje a su nación -cosa extraordinaria pues solo lo hace en navidad-, para advertir que el coronavirus les llevaría a enfrentar la peor crisis para Alemania después de la Segunda Guerra Mundial; que había que tomarla en serio y que habría que cuidarse de un posible contagio; en un primer momento destinó, siguiendo la experiencia de China y Corea del Sur, una gran cantidad de recursos para realizar pruebas médicas a la población -cerca de cuatro millones en dos semanas-, lo que le ayudo a detectar zonas de riesgo y posibles contagiados, una vez que se daba como positivo se ordenaba la cuarentena del enfermo y de las personas con las que había tenido contacto en las últimas dos semanas, con vigilancia médica; es decir un confinamiento preciso, sin excepciones. Recordemos que ella misma de forma voluntaria se puso en cuarentena, manteniendo el control del país desde su confinamiento y tomando las decisiones correctas, dio el ejemplo a los ciudadanos de que si era necesario aislarse se tenía que respetar.
Cuidó a los más vulnerables como la población de mayor edad y los que presentaban un cuadro médico delicado desde antes del Covid-19; y preparó las suficientes camas con respiradores para que no se desbordara su sistema hospitalario, lo que no ha sucedido hasta ahora. Desde luego que ha habido contagios y decesos, pero su índice de mortalidad está abajo del 3.8% y la cantidad de contagiados ya empezó a disminuir. La sociedad alemana empieza a regresar a la vida cotidiana confiando en dos cosas: si se enferma tendrá atención de primera y si se cuida con el distanciamiento y los cubrebocas puede salir a la calle.
Para preservar a los pequeños negocios afectados por la crisis, como los que viven del turismo, los vendedores de discos, de libros, restaurantes, artistas, los informales, y principalmente para preservar los empleos que generan, dispuso de 750 mil millones de euros, para darles un apoyo del gobierno federal de 9000 euros casi a la palabra, para que en tres meses puedan seguir pagando empleados, renta, servicios etc.
En el aspecto político convocó a un acuerdo nacional entre todas las fuerzas, partidos, gobiernos y sociedad civil, para juntos enfrentar los desafíos: La Gran Unidad Alemana. Además, convocó a los mejores especialistas en distintos temas para contar con asesoría especializada. Hoy Alemania se presenta unida bajo el liderazgo de Merkel. Se dice que cualquier ley o propuesta que ella planteara pasaría sin problemas por el Congreso.
No hay duda de que Alemania seguirá siendo la principal economía de la Comunidad Europea y una de las principales del mundo. Seguramente el partido político Demócrata Cristiano de Merkel no tendrá problemas para ganar en las siguientes elecciones y, asumirá el liderazgo los próximos años, es decir que, si de ganar votos se trata, hay que entender y admirar el ejemplo alemán.
Desde luego tanto Merkel, como Boris Jhonson, Trump, Putin, Amlo y el resto de los dirigentes en el mundo, enfrentarán la decisión de suspender el confinamiento y anunciar el regreso a la vida en sociedad, los tiempos, las consecuencias y la forma de hacerlo serán distintos y dependerán de las decisiones de cada uno, pero podemos estar seguros que Alemania, lo hará bien.