La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), acaba de publicar ciertas estrategias y políticas que debieran observar los países como medida, global e integrada, para proteger la salud humana ante la actual crisis sanitaria que vive el mundo y la posibilidad de que pueda repetirse. Dado que la buena calidad del aire, del agua, de los servicios de saneamiento y la correcta gestión de los residuos junto con la protección de la biodiversidad, reduce el grado de vulnerabilidad de la población y contribuye al mejoramiento de la salud ambiental, aumentando el bienestar general de las personas, es necesario que los gobiernos del mundo tomen medidas urgentes en pro del medio ambiente considerando estos factores. Sobre ello, la OCDE subraya que “el acceso al agua corriente, la eficacia de los servicios de saneamiento y la conservación de la vida silvestre en su hábitat natural son fundamentales en la lucha contra la propagación de las pandemias; la gestión eficaz de los residuos se revela igualmente imprescindible para minimizar posibles efectos colaterales en la salud y el medio ambiente”.
Como primera estrategia, esta organización establece que al limitar la exposición de la población a la contaminación atmosférica y del agua, se logrará reducir el grado de vulnerabilidad frente a próximas pandemias y se mejorará la salud y bienestar de la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, estima que 9 de cada 10 personas inhalan aire con elevadas concentraciones de contaminantes. México es el tercer país de la OCDE con la población más expuesta a la contaminación atmosférica, superando en casi el doble el límite aceptable de 10 μg/m3 fijado por la OMS. Tan sólo en el Valle de México, Guadalajara y Monterrey, los altos niveles de partículas finas provocan alrededor de 2,170 muertes prematuras cada año.
A efecto de hacer frente a este tipo de daños, la OCDE recomienda a los gobiernos establecer las siguientes políticas gubernamentales:
- Vigilar el cumplimiento de las normativas vigentes en materia de contaminación.
- Implementar estrategias para alcanzar los objetivos de calidad del aire.
- Apoyo financiero a proveedores de servicios de transporte público.
- Incentivar a las empresas a seguir desarrollando métodos de producción menos contaminantes.
Pero alcanzarlo se requiere una labor conjunta entre gobierno y sector productivo a favor del ambiente. ¿El país marcha por ese camino?
La siguiente estrategia propuesta es con respecto al aprovisionamiento de agua, ya que es esencial tener acceso a los servicios de abastecimiento del vital líquido y su correspondiente saneamiento, con objeto de preservar la salud pública y reducir la transmisión de enfermedades infecciosas. Es fundamental lavarse las manos para evitar la transmisión del virus SARS-CoV-2, por lo que es preciso invertir una cantidad considerable de tiempo y de recursos para poder garantizar el acceso universal a servicios de abastecimiento de agua potable gestionados de manera segura.
Al respecto, México enfrenta serios problemas de escasez, de contaminación, conflictos por el agua y un gran deterioro ambiental de cuencas y acuíferos. Por otro lado, nuestro país muestra una elevada contaminación del agua debido, principalmente, a un bajo nivel de tratamiento de aguas residuales, ocasionado por la falta de infraestructura, pública y privada, así como a la baja operatividad e ineficiencia de las plantas existentes. La capacidad nacional de tratamiento de aguas residuales cubre tan sólo el 63% de las aguas recolectadas en los sistemas de alcantarillado. Se estima que, en veinte años la oferta sólo podría cubrir 75% de la demanda del líquido. El Dr. Polioptro Martínez, reconocido investigador mexicano en el campo de la gestión de los recursos hídricos, afirma que para el 2030 habrá escasez en las cuencas mexicanas por lo que es necesario cuidarla, no desperdiciarla y pagar lo justo por ella, como medidas de mitigación. El investigador comenta que la solución existe, pero nadie lo puede hacer solo; habrá que trabajar de común acuerdo entre gobiernos, académicos, empresarios y demás sectores de la sociedad, para juntos resolver este gravísimo problema a largo plazo.
Sobre de ello, la OCDE recomienda a los gobiernos:
- Garantizar la prestación de servicios de abastecimiento de agua salubre y segura, así como su saneamiento.
- Adoptar medidas de recuperación que den respuesta a los problemas de asequibilidad del agua.
- Desarrollar paquetes de estímulos económicos que contemplen la posibilidad de contar con financiación pública para invertir en el desarrollo y modernización de las infraestructuras hídricas.
¿Nuestro gobierno está logrando la unión de los diferentes sectores de la sociedad para resolver los problemas que enfrentamos y enfrentaremos sobre el agua?
Una tercera estrategia propuesta por dicha organización se refiere a la solución a los problemas de producción, gestión y reciclaje de residuos de todo tipo, debido a que la gran cantidad de residuos peligrosos y hospitalarios que se generan, dificultan su tratamiento de manera segura y respetuosa con el medio ambiente. Por ejemplo, del total de residuos sólidos orgánicos que se producen diariamente en nuestro país, sólo el 6% se recolecta de manera separada en tan sólo 144 de los 2,474 municipios y alcaldías del territorio; y solamente el 66.5% de los residuos generados son depositados en rellenos sanitarios.
La OCDE recomienda gestionar eficazmente los residuos biomédicos y sanitarios; aplicar las iniciativas de reducción y reciclaje de plásticos; y adoptar paquetes de estímulos económicos que mejoren la capacidad de los sistemas de gestión de residuos. ¿Será que nuestras autoridades gubernamentales prestan especial atención a estos problemas?
Es evidente que la sobreexplotación de los ecosistemas y el comercio ilegal de especies silvestres, desempeñan un papel fundamental en la propagación de enfermedades, por lo que una cuarta estrategia sugerida por la OCDE tiene que ver con la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales, incluso, para la conservación de los servicios ecosistémicos. México es un país con una riqueza biológica excepcional, sin embargo, no ha sido ajeno a la tendencia global de pérdida de la biodiversidad; basta decir que alrededor del 52, 51 y 50% de sus especies de mamíferos, anfibios y reptiles, respectivamente, están actualmente en riego de extinción. Los ecosistemas acuáticos y marinos mexicanos están menos documentados que los terrestres, pero también presentan gran deterioro. Por otro lado, la actual fragilidad del estado de derecho y las acciones del crimen organizado, que ha encontrado en la extracción ilícita de la vida silvestre un lucrativo negocio, hacen que la biodiversidad de nuestro país se encuentre, aún más, en serio peligro.
La OCDE recomienda a los gobiernos que favorezcan la protección de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales, así como integrar la biodiversidad como elemento predominante en los sectores económicos pertinentes, considerando su importancia en la planificación de inversiones y decisiones empresariales. ¿Será que el gobierno valore la importancia de nuestra biodiversidad antes de llevar a cabo cualquier proyecto?
Como puede apreciarse, el panorama para nuestro país no resulta alentador en materia ambiental, y este problema se suma a las crisis sanitaria, económica y de seguridad que estamos viviendo. El bienestar de la población sufrirá gran deterioro si no se actúa, eficiente y eficazmente, en el cuidado del medio ambiente. Sin duda, existen dos problemas para su atención: recursos monetarios cada vez más reducidos y la falta de voluntad política para enfrentar la crisis ambiental que ya estamos viviendo. Es urgente que el gobierno de la 4T asuma su responsabilidad en la recuperación de la riqueza natural perdida.
El futuro se torna complejo, ya que como señalan la OCDE y el propio Dr. P. Martínez, soluciones existen, pero se requiere de la unión de gobierno y sociedad para hacer sinergia y enfrentar de manera exitosa la problemática ambiental que se avecina, cosa que se ve casi imposible lograrlo con el actual gobierno federal ante su falta de interés para integrar a los diferentes sectores de nuestra sociedad y su reiterada política de “divide y vencerás”, consistente en la descalificación de todo aquel que ose señalar opiniones o comentarios opuestos a su “autoridad suprema”, que coloca en estado de mayor vulnerabilidad nuestra riqueza y patrimonio ambiental.
Es muy probable que ante esta realidad la respuesta a las preguntas antes planteadas sea negativa y, entonces, solo se vislumbre en el futuro inmediato y próximo un mayor deterioro ecológico y, en consecuencia, también en la calidad de vida de los mexicanos. ¡Aguas México! Hasta la próxima.