Nuevamente con mis artimañas, como buena demonia y bien aplicada, uso los recursos que tengo para entrar en materia, yo le llamo, montarse en los grandes, sin albur. Pido una disculpa de antemano porque, hoy sí, me siento enojada y desesperada ante la falta de valor que tengo frente a mí. Pero iniciemos con la parte linda… no dura mucho, no se preocupen.
Este título, que pertenece a uno de los más grandes escritores que nos ha regalado la historia, William Shakespeare, me llevó a dos opciones.
La primera que seguramente tendremos todos: el sueño de una noche de verano en libertad, con las puertas abiertas, con la posibilidad de ver y abrazar a la gente que queremos y con la que convivíamos antes del… Covid 19, (que ahora le llamaré el A.C. 19), como cuando con plena inconsciencia íbamos y veníamos a nuestras anchas, sin reconocer el gran regalo de libertad que ahora añoramos… Sí, qué ilusión de nuevas noches de verano como tantas que gozamos en nuestra vida A.C 19.
Y la segunda opción evoca una realidad ideal, donde también con gran ilusión tengo el sueño de que Cabecita Desarticulada Blanca, alias nuestro señor presidente, y sus compinches sean iluminados por una estrella, una luz cegadora o, por lo menos, un buen zape en la cabeza (total que más despeinado, no importa) y se dé cuenta que este México, de una u otra manera, lo quiere y por eso está donde está; y que en correspondencia debiera volverse un líder sabio, que escucha, analiza y observa; que se da cuenta, por ejemplo, que las energías renovables en el mundo y, en base a millones de científicos y personas que se han quemado lo sesos y observado lo que estamos haciendo con la tierra, dictaminaron que debemos movernos hacia su uso… y, de preferencia, tener un poco de humildad ante quienes saben más que él, en esos temas; un líder que, de pronto, se dé cuenta que las refinerías, que nos ayudaron tanto en algún momento, hoy son obsoletas; que los caprichos, no muestran inteligencia sino inmadurez; que las mentiras más grandes son las que nos decimos a nosotros mismos; que esa gran simpatía, basada en el populismo y manejada de manera magistral fortaleciendo el resentimiento y la separación entre los ciudadanos a los que representa, ahora podría ser una oportunidad de mostrar coherencia y hacer algo significativo para un país que siempre se queda como diamante en bruto, en gran medida, gracias a sus gobernantes, sean neoliberales, de morena, del frente o de cómo le quieran llamar. El peor monstruo y canalla es, quien teniendo la posibilidad de hacer algo evolutivo, elige destruir; y el peor de todos, es aquel en quien depositas la confianza de manera inocente y buena (como los hoy llamados “chairos”, mira nada más qué lindo les habla a quien apoyan) y te traiciona, se burla, miente y te tortura haciéndote creer que es por tu bien. En fin, me llena de tristeza ver que hay quién no quiere ver, pero mi ángel también me dice, que hay muchas cosas que yo tampoco veo. Ojalá que el día que me ponga de necia y quiera ser líder, como el innombrable, no me ciegue a mi propia estupidez.
Eso son mis sueños de una noche de verano y, para aquellos que no conocen la obra, les copio una pequeña reseña:
El sueño de una noche de verano es una obra plagada de fantasía, sueños y realidades, amor y magia en la que se entremezclan varios hilos argumentales centrados respectivamente en dos parejas de nobles amantes, Lisandro, Hermia, Demetrio y Helena, que sufren y disfrutan por causa de su amor.
Entiendo que así no se escucha tan atractiva, pero es una comedia muy divertida en donde una pócima de amor, vertida en los ojos de una persona, la hace amar al primero que vea y el añadido del duende Puck y sus equivocaciones, la vuelve realmente entretenida. Digo por si en el encierro quieren llenarse la cabeza con mayor cultura.
¿Será que Puck ha andado por ahí aventando la pócima y es por eso que algunos no pueden dejar de amar a quién, con una miserable banderilla de solidaridad con los pobres, los engaña sin decir realmente nada y es más corrupto aún que los anteriores porque cínicamente defiende sus acciones con palabrería barata? Yo espero que sí, porque mi sueño también es que como al final de esta obra en donde despertamos todos, nos respetamos y exigimos un poco de justicia, un poco de solidaridad y apoyo a un México que vive encerrado y angustiado, por el monstruo Covid 19; triste, por las personas que han fallecido o que padecen las consecuencias de tal enemigo, sin recursos que sabe dios dónde están porque los impuestos los seguimos pagando; desesperados y angustiados, por la falta de trabajo y apoyo de un gobierno que pretende “tapar el sol con un dedo” para no hacerse responsable de gobernar y redireccionar esos recursos que antes se iban a las islas Caimán y que ahora tendrán en cochinitos de barro austeros y, además, de mal gusto.
Es desesperante saber que nos han robado impunemente durante toda nuestra historia y que ahora no sólo nos roban, sino que tienen el cinismo de ni siquiera disimularlo. Ya ni siquiera hacen la pantomima de concursos para ganar licitaciones. ¿Qué pasó con los huachicoleros? ¿Qué pasó con las miles de pipas para transportar gasolina que compraron y que veríamos circulando? ¿De dónde salió el dinero para la cervecería de sus hijitos? ¿Qué está pasando con los proyectos que prometió de mayor seguridad, salud y economía? ¿Para qué seguir con un tren Maya, que pocos necesitan y que no es prioridad en estos momentos? ¿Por qué su guerra contra ciertos empresarios, pero protege a otros a quienes ya repartió tajada (incluyo a TODOS los rateros de este gobierno y los anteriores), que con intereses egoístas no tienen límites y quieren más de lo pueden deglutir? ¿Por qué su interés de hacer retroceder a México y regresarnos a los años 70´s?
Señor presidente, discúlpenme, pero está reprobado con la misma calificación que el Banco Mundial le dio a nuestro crecimiento económico: no llegó ni a la mitad de un punto, fue de 0.01. Pero también reprobados están el resto de los líderes políticos. ¿¡Dónde carambas están, cuándo carajos van a regresar a este país que tanto les ha dado, un poco del sucio dinero que sobra para mil generaciones que posiblemente ni nazcan, si la vida y bichos como el Covid nos regalan un poco de justicia e incluso de una vez les den su propia medicina!?
Pero cómo decía la abuela: “hay un Dios que todo lo ve” y enfatizaba con un mmmmm, y yo, lo creo. Aquí hay Mujeres y Hombres, con mayúscula, que honestamente hemos trabajado y mantenido a este país y a esta serie de parásitos neoliberales, morenistas, flojos y aprovechados… y la justicia y el sueño tendrá que llegar… Yo hoy, tengo el “Sueño de una Noche de Verano D.C19”, donde al despertar pueda dejar de enojarme con la esperanza de que este encierro, de que este monstruo, nos abra los ojos, nos quité la pócima de Puck y pueda ver a mis compatriotas pobres o ricos, fifís o chairos (cómo me ponen de malas estos términos pero funcionan) con un resentimiento transformado en dignidad y el orgullo bañado de amor propio de ser mexicano y un ser humano viviendo y trabajando con honestidad.
Por cierto, ya vienen los dos años que prometió para decidir si se queda o se va, cuestión que, en un inicio, me inspiró un poco de respeto. Hoy espero cumpla y nosotros tengamos la capacidad de darnos cuenta de que, desgraciadamente, no ha sabido llenar los zapatos del concepto: presidente, y despedirlo de buena manera.
Que conste que pedí una disculpa de antemano y sé que estas palabras generarán descontento a los ciegos y sordos (metafóricamente hablando); sepan que lo único que pido es una oportunidad para mí, para ti, para un país que amo y para el que quisiera tener las manos llenas para darles las maravillas que pienso se merecen los mexicanos divertidos, creativos, resilientes, nobles e inocentes de este grandioso México.
Sueña conmigo y ¡oh lo verás…!