Jajajaja mis títulos cada vez parecen más una completa historia… Tú, lector de la Llave, me perdonarás, la verdad es que nunca he sido buena para los títulos, en fin.
La insoportable levedad del ser, título que no me corresponde, y por ello es tan bueno, pertenece a la obra del maravilloso escritor Milan Kundera. Hoy me atrevo a tomarlo por la situación que atravesamos y le sumo, nuevamente, lo que voy pepenando de emociones en la calle, chats, zooms y pláticas a mi derredor.
Así andamos, encerrados, hartos de la frasecita “quédate en casa”, maquinando teorías de quién nos ha enviado al personaje del momento: el COVID-19. Avergonzados algunos, enojados muchos, de no sólo no saber qué hacer, sino también de darnos cuenta de la pobreza de líder que pusimos en el poder y de la falta de reacción ante los monstruos que nos persiguen. Ésta, es la parte fácil, culpar y seguir señalando allá, afuera, al responsable de nuestra tristeza y desesperación.
La gran mayoría, manejando la frase de moda… “saldremos a un mundo distinto” ¿será? O con la corta de memoria de este país y de nosotros, mexicanos, se nos olvidará como hicimos con el H1N1, los temblores, las crisis, los presidentes, los narcos, y nada cambiará. Cuando escribía en televisión, sabíamos por estadísticas que los errores o aciertos de los productos que lanzábamos tenían memoria de una semana en la gente. Este evento ¿cuánto se mantendrá en nuestra memoria?
La propuesta de hoy es, voltea hacia ti, mira, porque el monstruo ya salió de debajo de la cama y ahora está en tu espejo. Sí creo que saldremos a un mundo diferente, y lo será en la medida en que los seres humanos que lo habitamos cambiemos, este mundo que está viviendo lo inimaginable, saldrá con los colores que queramos ponerle. Es el momento de trabajarlos, entonces, hoy en nosotros mismos.
No sé quién tenga la culpa, pero sí sé quién tiene la responsabilidad, la tengo yo, la tienes tú, y esto, podrá ser un infierno o una oportunidad. Nunca tenías tiempo, ahora, lo tienes todo; pocas personas analizaban lo que hacían con su vida, ahora, no te queda de otra, es momento de ver tu “insoportable levedad del ser”. Ocúpate en lo que quieras, distráete con buenas series…emborráchate mientras siga habiendo “chelas” pero tendrá que llegar algún minuto, algún momento, en que por fin decidas verte porque, aún y con muchos o pocos en casa, estás solo. ¿Cómo alimentas tu mente y tu espíritu? ¿Cuidas tu cuerpo? ¿Cuidas el medio que te rodea incluidas personas, plantas, animales?
Te tengo noticias, el mundo lo haces tú, tu mundo siempre partirá de ti, que si la economía, que si la política, que si cabecita blanca despeinada y desarticulada, ¿te afectan? Sí, pero más te afectas tú con tus propias decisiones y con el mundo que creas en tu cabeza y cuerpo. ¿Has aprovechado este tiempo? ¿Has visto a tu monstruo en el espejo o nuevamente escondes la cara debajo de las sábanas y no te atreves a enfrentarte? ¿Cómo esperas un líder de fabulosas decisiones si no te gobiernas a ti mismo? ¿Cómo quieres que no pasen estas pandemias si nos comemos al planeta como pacmans?
Este mundo es una respuesta de mi energía que se combina con la tuya ¿qué te parece si cuando salgamos lo llenamos de colores de consciencia, de amor propio, de caridad, de templanza, de respeto, de elegir quién realmente puede ayudar a construir un México mejor? Personas responsables de su medio y sus acciones… y entonces, de verdad, la levedad del ser puede no ser tan insoportable.
Sé muy poco, ahora lo tengo más claro, pero desde aquí te abrazo… sin susana, te abrazo cerca, te provoco y espero mis palabras te den esperanza y ganas de evolucionar… Muy pronto, nos vemos allá afuera y espero, verte sonriendo.